Climatización de piscinas
Extendiendo la temporada de baño
El calentamiento de agua a niveles inferiores a la ebullición permite la utilización de captadores de color negro para la absorción térmica de la radiación solar.
La climatización de las piscinas requiere un muy alto consumo energético, y por ello no está permitido en algunos países como España, donde la vigente normativa RITE prohibe el uso de energías no renovables para la climatización de piscina tanto exterior como interior siendo obligatorio el uso de la energía solar que deberá aportar entre el 30 y el 70% de las necesidades térmicas anuales para el calentamiento de la piscina.
Planificación
Las instalaciones de calefacción solar incorporan un acumulador de agua caliente con doble serpentín para intercambio de calor. Por un serpentín fluye el líquido caliente de los captadores y por el otro el agua caliente de la caldera.
En caso de ser suficiente la energía térmica de los colectores, la caldera (de gas, electricidad, gas-oil) deja de funcionar; en otro caso cubre la necesidad activándose.
Dependiendo de la zona climática de emplazamiento, han de considerarse varias circunstancias:
- Temperatura ambiente.
- Temperatura del agua de la piscina.
- Humedad relativa del aire.
- En las piscinas descubiertas, también la velocidad del viento.
Piscinas cubiertas
Normalmente son de utilización continuada durante todo el año, y partiendo de una temperatura ambiente de 28º C es óptimo que el agua esté a 24º C.
Al ubicarse de forma aislada a la intemperie, sus pérdidas caloríficas son inferiores a las piscinas descubiertas, por lo que precisan una menor superficie de colectores solares. Su consumo de energía, puede además reducirse en aproximadamente un 50%, utilizando una manta térmica para piscina.
Piscinas descubiertas
Mediante el calentamiento solar es posible prolongar el período de utilización sustancialmente, en varios meses sobre el normal, y con un coste que queda amortizado en apenas 3 temporadas, mientras que la vida útil de los equipos es de 20 años.
Para lograr que el agua alcance una temperatura que haga el baño más agradable, es aconsejable utilizar captadores plásticos, generalmente de polietileno o polipropileno, con tratamiento frente a los efectos de la intemperie (rayos ultravioleta, lluvia, etc) y los agentes químicos para la purificación del agua de la piscina, sin ningún tipo de cubierta, carcasa, ni material aislante ya que:
- El rendimiento de los mismos es óptimo para este uso dado que la temperatura de trabajo no superará los 30º C.
- Las pérdidas por radiación y conducción son muy pequeñas permitiendo prescindir de cubiertas y aislamientos.
- La inversión a realizar es muy inferior al reducirse significativamente el precio por m² de este tipo de captadores respecto a los convencionales.
- El uso de este tipo de captadores permite hacer un calentamiento directo del agua de la piscina, sin necesidad de intercambiadores que encarecen la instalación.
De forma aproximada, el cálculo que se suele hacer para climatizar una piscina es considerar que -prescindiendo de los m³ existentes- los m² de captador solar equivalen al 50% de la superficie de la piscina.
Con esto se obtiene una ganancia de 10ºC sobre la temperatura ambiente, si bien sí resulta necesario en las horas nocturnas cubrir la piscina con una manta térmica lo más ajustada posible a su superficie para evitar al máximo las pérdidas calóricas.
Los captadores
Consisten en tubos inyectados que pueden ser de Polietileno, Polipropileno o Etileno-Propileno-Di-Monómero(EPDM), material ampliamente probado en todo el mundo desde hace décadas para aplicaciones en condiciones extremas de radiación solar y calor. Para estos se puede usar la bomba de recirculación y pasar directamente el agua de la piscina por los paneles.
También puede utilizarse el agua caliente sobrante que generan los colectores solares térmicos de una instalación de ACS o ACS + calefacción en verano, y usarse para calentar una piscina exterior.