Amigos de la Tierra considera insuficiente el objetivo de renovables del 45% del Parlamento Europeo
El nuevo objetivo de implantación de renovables se queda a medio camino para hacer frente a la crisis climática.
El Parlamento europeo ha aprobado una cuota de energía final de renovables de un 45% para 2030 en el marco de la revisión de las directivas de renovables y eficiencia energética. Amigos de la Tierra considera que este objetivo se queda lejos de la ambición necesaria para hacer frente a la crisis climática y, a su vez, lamenta que no venga acompañado de objetivos estatales.
Ante la crisis energética, los Estados miembros se han visto forzados a tomar medidas para acelerar la transición energética, sin embargo, el objetivo del 45% planteado se queda corto. La decisión llega tarde y es insuficiente, pero además tendría que haber respondido a la lucha frente a la crisis climática y sus impactos devastadores, no solo al déficit energético. La organización señala que no se pueden seguir desoyendo las recomendaciones científicas del último informe del IPCC, donde queda de manifiesto la necesidad urgente de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a través de cambios profundos en el modelo económico (1).
“La actual crisis social avivada por la inflación, la invasión de Rusia en Ucrania y la crisis energética con los precios desorbitados de los combustibles fósiles, en particular del gas, amenaza el sustento de una gran parte de la ciudadanía europea y mundial, y pone de manifiesto la enorme fragilidad del modelo económico actual. Necesitamos construir un modelo energético que no deje a nadie atrás, que responda a las necesidades de las personas más vulnerables, que ponga fin a los combustibles fósiles y que democratice las energías renovables”, ha señalado Cristina Alonso Saavedra, responsable de Justicia climática y energía de Amigos de la Tierra.
A pesar de las deficiencias en las directivas, la organización ecologista ve una mejora en la ambición energética de Europa, que ha aumentado sus objetivos: el 45% de energías renovables en el consumo final y el objetivo vinculante del 13% de eficiencia energética para 2030, en comparación con las propuestas anteriores – 40% y 9%. Amigos de la Tierra insta a los 27 a elevar estos objetivos; varios estudios recientes ponen de relieve la necesidad y la viabilidad de un aumento de los mismos como el de la Universidad Técnica de Viena y la European Renewable Energies Federation (EREF) (2).
Además, si para 2050 se quiere conseguir el objetivo mundial de emisiones cero reales es indispensable que desde el Norte Global se de ejemplo y se lidere la transición hacia las energías renovables. En la actualidad, la producción de energía renovable en Europa se encuentra en un 22,1%, un porcentaje escaso que obligará a acelerar la implantación de esta tecnología.
Uno de los puntos clave en la aprobación de ayer en el Parlamento Europeo hace referencia a las comunidades energéticas. Amigos de la Tierra celebra una de las incorporaciones a la Directiva de eficiencia energética, en la que se dota de mayor relevancia a las Comunidades Locales de Energía y buscan impulsarlas. A su vez, insta a los Estados miembros a eliminar los obstáculos a las mismas y garantizar su desarrollo en el despliegue de renovables.
La organización denuncia que la urgencia de avanzar hacia la independencia del gas ruso no puede ser un pretexto para contemplar el hidrógeno como una solución para la transición energética, sin embargo, la presidenta del Ejecutivo comunitario ha anunciado la creación de un Banco Europeo del Hidrógeno (3). Luchar frente al cambio climático pasa por la reducción del consumo, la eficiencia energética y las energías renovables descentralizadas, no por soluciones que todavía están en su inicio, y que pueden ser una cortina de humo para seguir utilizando combustibles fósiles y con ello seguir agravando la crisis climática.
La única solución viable es una reducción del consumo energético unida a una rápida transición hacia un sistema energético basado en fuentes renovables. Estas medidas deben ir acompañadas de un fuerte componente social. Para este fin es indispensable priorizar la democratización de la energía con políticas urgentes que incidan en los sectores más vulnerables de la población.