La declaración final en cumbre del clima de 2021 refuerza la importancia de mantener objetivo para limitar aumento de la temperatura global a 1,5ºC y reconoce que ese objetivo requiere «reducciones rápidas, profundas y sostenidas de las emisiones».
También plantea una reducción global del CO2 del 45% para 2030 en relación con los niveles de 2010 y de 0 neto a mediados de siglo.
Sin embargo, el nivel agregado de emisiones de gases de invernadero las cifra en un 13,7% en 2030 por encima del nivel de 2010. Esto significa que las contribuciones nacionales (los objetivos de cada país) que se han presentado hasta ahora están muy lejos de frenar el cambio climático y de responder a la situación de emergencia que han declarado muchos gobiernos. Por ello, y es muy positivo, la COP 26 ha determinado que cada país revisará y reforzará antes de final de 2022 los objetivos de sus contribuciones, adelantando con ellos el plazo previsto. CCOO hará seguimiento de cómo se incrementa la ambición en nuestros planes nacionales.
Otro aspecto que es positivo es la invitación que finalmente se hace para que los países disminuyan los subsidios a los combustibles fósiles. España ya tenía este compromiso desde que se aprobó la Ley de cambio climático, pero muchos países siguen financiando el carbón, el petróleo y el gas para cubrir sus necesidades energéticas y han presionado para que el texto de la declaración saliera lo más descafeinado posible.
La COP 26 de Glasgow refuerza en su declaración final la necesidad de garantizar la transición justa para los trabajadores y las trabajadoras, así como la necesidad de que se creen empleos decentes y de calidad. La delegación en la COP 26 de la Confederación Sindical Internacional ha estado presionando para que se contemplaran estos aspectos. Asimismo, es importante el reconocimiento de la COP al papel de los ecosistemas naturales y los bosques para garantizar el mantenimiento del objetivo del 1,5ºC.
Por otra parte, se han logrado ciertos avances en el desarrollo del llamado libro de reglas (Programa de Trabajo) para implementar el Acuerdo de París, y en particular respecto a la eliminación de la doble contabilidad del artículo seis. También ha habido un acuerdo entre países para disminuir las emisiones de metano, el potente gas de invernadero que obliga a actuar, sobre todo, en los sectores de la ganadería, la extracción de gas y los fertilizantes.
Uno de los elementos más decepcionantes de la cumbre del clima de 2021 es la falta de compromiso de los países más desarrollados con la financiación del Fondo Verde para el Clima y del Fondo de Adaptación para ayudar a los países del sur en la mitigación y en la adaptación al cambio climático, además de su apoyo tecnológico para hacer frente a las transformaciones que necesitan. Y en relación con el posible fondo de pérdidas y daños tampoco se ha avanzado en su creación.
No obstante, el habitual lenguaje ambiguo y genérico de las COP, que requiere de la unanimidad, no va a ayudar a que los gobiernos, y sobre todo, los más contaminantes y con intereses fósiles, afronten la reducción de emisiones que se requiere con urgencia. CCOO realizará una evaluación de la COP 26 más pormenorizada y hará seguimiento de los compromisos que le conciernen a España.
La falta de ambición y justicia climática en el acuerdo político alcanzado en la COP26 nos aleja del objetivo del límite de 1.5 ºC que la ciencia recomienda y condena aún más a los países del Sur Global.
Para un planeta sano, no es suficiente ser neutral. Neutralidad climática y 'Net Zero' para el 2050 son eslóganes universalmente aceptados, no obstante estos conceptos resultan difíciles de implementar a causa de su complejidad y vaguedad.
El paquete contempla medidas sobre aspectos tan importantes como CO2, energías renovables, eficiencia energética, movilidad, Fondo Social del cambio climático, etc.
