El dúo que han montado los señores Montes y Galán, en defensa de los intereses de las empresas que forman Unesa, es además de equivocado, persistente.
Hoy se ha concretado la petición de moratoria que consiste, según las declaraciones de hoy del Sr. Montes, en:
* Moratoria para las tecnologías termoeléctrica y fotovoltaica de tres años, hasta 2013, en la que se sustituyan los proyectos paralizados por una capacidad eólica equivalente.
* Paralizar los 2.500 megavatios (MW) de termosolar ya inscritos en el prerregistro de asignación, así como los cerca de 1.500 MW que se adjudiquen de fotovoltaica entre 2013.
* Cada megavatio que se deje de instalar debería ser sustituido por 1,4 megavatios eólicos para producir la misma electricidad a un coste nueve veces inferior
La patronal no parece que haya trabajado mucho a la hora de elaborar su propuesta, dado que la misma afecta a todos los planes fijados con la UE y los planes nacionales, entre ellos se encuentran:
* PANER 2011/2020
* Ley de Economía Sostenible
* PER 2011-2020
* PAEE 2011-2020
* PLANIFICACIÓN
* AUTOCONSUMO
* OTROS
De no menor entidad están sus declaraciones de desacuerdo con las prospecciones que ha realizado la administración, que invalida el escenario central que se ha considerado como el más probable, la patronal dice lo siguiente:
* La asociación también argumenta que el Plan de Energías Renovables (PER) hasta 2020 hace previsiones de aumento de demanda del 2,4% anual que no se ajustan al contexto económico real, en el que los incrementos hasta 2020 podrían rondar el 1%.
Lo anterior debería ser aclarado más técnicamente ya que es muy confuso e impreciso, en cualquier caso, no parece que el escenario denominado “bajo” sea tampoco de su agrado.
En primer lugar hay que indicar que nos encontramos con una propuesta que maneja variables que forman parte de un sistema complejo y que por lo tanto la relación entre las mismas no es simplemente proporcional, si se quiere ser riguroso y desde luego establer un nuevo equilibrio, éste no se consigue con algo como: quíteme medio kilo de garbanzos y póngame tres cuartos de lentejas, como parece indicar lo aparecido en la referencia que han dado los medios.
Una primera valoración se puede realizar desde dos planos: el tecnócrata, es decir, los números presentados para justificar la propuesta, lo mejor que se puede decir, según mi criterio, es que no hay por donde “cogerlos” intelectualmente no son válidos, salvo que haya un documento que defienda su consistencia, de lo contrario es una total tomadura de pelo, sin más.
El segundo plano de valoración es el social y empresarial, y aquí, la valoración se pone más grave, por varios motivos:
1. Los datos que figuran en el PER 2011-2020 son conocidos desde hace varios meses, es más tienen un antecedente más lejano, como es el PANER 2011-2020, remitido hace más de un año a la UE, pero es más tiene un antecedente más institucional que es el propio informe que ha elaborado la subcomisión de energía del Congreso de los Diputados. El presentar en estos días una oposición de tal calado a la estrategia energética existente debe ser necesariamente explicada, máxime cuando dentro de unos días se producirá un cambio de administración en España.
2. El resto de agentes de éste país se ven forzados a adoptar una posición, como poco, conflictiva, cuando no, de defensa última de sus intereses. ¿Es que nadie en ese entorno ha sido capaz de valorar la posición de prepotencia y de falta de “parcialidad” que asumen esa patronal y esas compañías?
Por último, tiempo habrá de demostrar lo equivocado de la propuesta y cómo se pretende desde la defensa de unos intereses muy particulares ir contra el interés general y, todo ello, en uno de los escenarios más críticos vividos en España desde su incorporación a la UE, parece que aplican el dicho: "ande yo caliente ríase la gente".
La Secretaría de Energía del Ministerio de Economía, presentó el documento para relevar la existencia y geolocalización de estaciones de carga.
El último consenso del grupo se produjo en 2021. El liderazgo del país también hizo viables compromisos para duplicar la tasa promedio global anual de mejoras en la eficiencia energética global.