Sobre la previsión a diez años de 20.000 nuevos MW de fotovoltaica para suministro a través de la red general de transporte y de distribución, es preciso considerar el factor tamaño de los parques, puesto que pueden obtenerse escenarios muy dispares
Anpier, la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica, advierte que, una vez diseñado el mix de tecnologías renovables que aportarán suministro eléctrico en el horizonte 2030 -definido por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC)- resulta esencial considerar la dimensión óptima que habrían de alcanzar las instalaciones de generación fotovoltaica, puesto que de unos rangos a otros habría importantes variaciones tanto en el empleo como en las economías locales.
El PNIEC prevé para el año 2030 una potencia total instalada en el sector eléctrico de 161 GW. Durante el periodo 2021-2030, se estima la instalación de 59 GW de potencia renovable y, para ello, el Ministerio para la Transición Ecológica contempla las subastas como principal herramienta, con una previsión de 3.000 MW anuales a licitar durante 10 ejercicios. Aproximadamente un 40% de esta potencia subastada sería de origen fotovoltaico (unos 10.000 MW), que se incorporarían a los 9.000 MW ya existentes y a los que se irían agregando durante la década otros 20.000 MW adicionales, que entrarían fuera del mecanismo de subasta: 10.000 MW a mercado libre y otros 10.000 MW en la modalidad de autoconsumo.
Sobre la previsión a diez años de 20.000 nuevos MW de fotovoltaica para suministro a través de la red general de transporte y de distribución, es preciso considerar el factor tamaño de los parques, puesto que de esta variable obtendremos escenarios muy dispares, especialmente en el empleo.
Empleo de los parques fotovoltaicos:
Si la totalidad de las nuevas instalaciones fueran de más de 100 MW, y lo más probable es que, efectivamente, la mayoría de la potencia se encuentre en esta situación, tendríamos que los 20.000 MW previstos generarían 120.000 puestos de trabajo en la construcción, empleo coyuntural durante dos años, y 2.600 puestos de trabajo fijos en la operación y el mantenimiento (O&M), que sería empleo estable durante, al menos, 30 años de vida útil estimada de estas instalaciones. Mientras que, si los parques fueran, en el otro extremo, de menos de 5 MW, tendríamos 820.000 empleos en los dos años de construcción y 20.800 empleos fijos en operación y mantenimiento.
En función de la tipología de parque, los ingresos por la actividad serían para grandes fondos de inversión, que suelen tener la propiedad de las mega-instalaciones, o para las Pymes y autónomos locales, si se tratara de parques pequeños, accesibles para este tipo de empresas locales.
Coste de los parques fotovoltaicos:
Elaboración Propia.
La dinámica de la economía de escala beneficia a los grandes parques; pero penaliza la redistribución social de los ingresos. El coste del MW instalado es cada vez más bajo conforme el parque incrementa su dimensión, por el descuento en componentes y porque la formulación y tramitación del proyecto es idéntica en coste y esfuerzo, ya sea de un pequeño parque de 1 MW o de una gran instalación de 1.000 MW.
Finalmente, es necesario contemplar el dispar impacto que sobre el territorio tienen, por ejemplo, diez parques de 5 MW, que ocuparían diez hectáreas cada uno, dispersas e integradas en el terreno, frente a las 100 hectáreas que ocuparía una instalación de 50 MW. Los mega-parques que se están proyectando alcanzan y superan los 500 MW, lo que conlleva verdaderos “mares de cristal” de más de 1.000 hectáreas.
El Presidente de Anpier, Miguel Ángel Martínez-Aroca, considera esencial que estas variables sean ponderadas por el Gobierno, especialmente en los mecanismos de subasta, porque “lo que se disponga sobre el papel, lo que se regule, será la semilla de nuestro futuro energético, donde lo óptimo será disponer de energía limpia y barata para el consumidor, algo que las tecnologías renovables ya han logrado; pero propiciando, además, que los retornos de esta actividad productiva queden en nuestros pueblos, en nuestras PYMES, y que, además, no se deteriore el aspecto de nuestros campos. Armonizar la instalación de grandes, medianas y pequeñas iniciativas de generación fotovoltaica es posible y deseable”.
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Las inversiones en eficiencia energética estimulan la economía, especialmente las industrias de la construcción y las energías renovables, generando alrededor del 9% del PIB de Europa y representando directamente 18 millones de empleos directos.
La aprobación de esta norma da respuesta a unas peticiones que el sector fotovoltaico ha venido haciendo en los últimos años.