Ola solar para reparar la injusticia de 65.000 familias españolas expropiadas por el bipartidismo retrovoltaico.
Mientras la justicia internacional da la razón a los inversores extranjeros, se acrecienta el sentimiento de agravio comparativo que se prolonga por más de 3 lustros sin solución de continuidad.
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El río suena, nadie puede callar la voz del CIADI, Tribunal de arbitraje del Banco Mundial, que está reconociendo inexorablemente la injusticia perpetrada por los sucesivos gobiernos en España contra la seguridad jurídica y el fraude a la inversión.
Lawfare, multinacionales fósiles corifeas venidas a verde, políticos de la ralea de Miguel Sebastián o de José Manuel Soria, verdugos de la credibilidad de nuestro país como estado de derecho, que no dudaron en expropiar a inversores de buena fe que pusieron sus ahorros como cimientos de las entonces incipientes energías limpias.
Hoy, la prensa nacional ya no puede dejar de informar sobre la situación límite a la que ha llegado el Estado, que de forma rebelde no cumple con los abonos de indemnizaciones a los que ha sido condenado España por el propio Organismo del que forma parte habiendo suscrito el Tratado de la Carta de la Energía.
Sin embargo, es preciso recordar que el ruido de tambores ha venido siendo siempre alimentado por rivales políticos, que únicamente remueven aguas turbias y prometen solución para recabar un apoyo que tras ser electos se esfuma:
Soria "el ministro pprrenovable", el candidato Sánchez prometiendo justicia a los fotovoltaicos... y ahora es el turno de tabloides reaccionarios que descubren la injusticia para allanar un nuevo frente que derribe el ilegítimo gobierno.
En breve asistiremos al ultraje de abonar daños y perjuicios a los inversores extranjeros con los propios impuestos procedentes de la expropiación a los inversores españoles del mismo sector fotovoltaico.
También veremos propuestas de componenda, como anteriormente, ofreciendo facilidades balsámicas a las víctimas de casa a cambio de zanjar el asunto. Otra vez semillas para dividir al conjunto de agraviados instándoles a que renuncien a exigir justa compensación.
Después del pelotazo electoral el balón que destrozó las placas está en el tejado y es seguro que alguien volverá a tratar de confundir y engañar.