Han crecido los empleos en renovables hasta los 11,5 millones de ocupad@s a nivel mundial.

IRENA presenta la Revisión anual 2020 de su informe «Energía renovable y empleo» con datos referidos al ejercicio de 2019 con proyección actual.

Las tecnologías de energía renovable crean puestos de trabajo a lo largo de la cadena de suministro y pueden estimular un desarrollo social y económico amplio y sostenible. Las energías renovables representaron un monto estimado de 11,5 millones de empleos en todo el mundo en 2019, frente a los 11 millones del año anterior, según esta séptima edición de la serie Energía renovable y empleos.

Si bien pocos mercados grandes concentran la mayor parte de esos empleos, el empleo en energías renovables ha comenzado a extenderse más ampliamente, especialmente a través de la proliferación de paneles solares fotovoltaicos. La energía solar fotovoltaica representó el 33% de la fuerza laboral mundial en energía renovable en 2019. Asia representó el 63% del empleo total en energías renovables.

Las energías renovables descentralizadas aisladas de la red representan un número creciente de empleos directos, especialmente en África, además de impulsar el empleo en el procesamiento agrícola, la atención médica, comunicaciones, comercio local y otros usos productivos, según el informe. Los empleos latinoamericanos en energías renovables se concentran en los biocombustibles y la energía hidroeléctrica.

Las oportunidades de empleo son una consideración clave en la planificación del crecimiento económico con bajas emisiones de carbono. Muchos gobiernos han priorizado el desarrollo de energías renovables, en primer lugar para reducir las emisiones y cumplir los objetivos climáticos internacionales, pero también en la búsqueda de beneficios socioeconómicos más amplios. Las energías renovables podrían apoyar un mejor equilibrio de género en el futuro sector energético. Actualmente, las mujeres ocupan aproximadamente el 32% de los trabajos de energía renovable del mundo.

Para construir la base de habilidades para la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables, los países necesitarán más formación profesional, planes de estudio más sólidos, más formación de profesores y un uso más amplio de la tecnología de la información y las comunicaciones para el aprendizaje a distancia. La pandemia de COVID-19 ha subrayado la necesidad de que las energías renovables satisfagan las necesidades sociales, económicas y ambientales.

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