El Informe de Progreso de África 2015 explica las medidas audaces que los líderes a nivel mundial y en África deben tomar para lograr que las tecnologías renovables creen oportunidades para aumentar la productividad agrícola, mejorar la capacidad de adaptación al cambio climático y contribuir a la reducción a largo plazo en las peligrosas emisiones de carbono.
El continente cuenta con grandes reservas de combustibles fósiles; pero aún dispone de mayor abundancia en activos de energías renovables.
La creciente demanda de energía hace que sea imperativo para los responsables políticos desarrollar los recursos de África para las necesidades de África basadas en el modelo de las "tres E": exploración, extracción y exportación.
La urbanización, el crecimiento demográfico y el desarrolo económico están impulsando un aumento en la demanda energética.
La modelización de la Agencia Internacional de Energía (AIE) sugiere que la generación de electricidad tendrá que aumentar en un 4 por ciento al año para 2040.
El panel del progreso de África se refiere a este escenario tan ambicioso. Aunque para África el consumo de energía per cápita equivale a un tercio del nivel en Tailandia hoy, la tendencia dejaría a millones de africanos, literalmente, en la oscuridad, con más de 500 millones de personas que carecerían de acceso a la electricidad en 2040, una década después de la fecha límite para el acceso universal a la energía. Tal resultado sería indefendible.
Los gobiernos africanos deben establecer un mayor nivel de ambición. Las políticas deben estar dirigidas a un aumento de 10 veces en la generación de energía y en el acceso universal a la energía para el año 2030.
Países como Brasil, Tailandia y Vietnam han demostrado que, con sostenido liderazgo político, estos resultados son alcanzables.
La energía renovable tiene un papel fundamental que desempeñar. Como se destaca por la Comisión Mundial de Economía y clima, encabezada por el ex presidente de México, Felipe Calderón, la idea de que los países se enfrentan a una elección entre la energía verde y el crecimiento
es cada vez más anacrónico.
Los precios de las tecnologías renovables, especialmente de la solar y la energía eólica, están cayendo a un ritmo extraordinario hasta el punto en que ya son competitivas con los combustibles fósiles.
Desde una perspectiva africana, las tecnologías renovables tienen dos distintivas ventajas: velocidad y descentralización. De esta forma pueden desplegarse mucho más rápidamente.
En la actualidad, la energía hidroeléctrica sigue dominando el panorama de inversión. Países tan diversos como Etiopía, Ghana, Kenya, Nigeria y Sudáfrica están desarrollando grandes plantas de generación de energía que utilizan energías renovables.
Pero la revolución de las energías renovables también está siendo impulsada desde abajo, ya que las empresas innovadoras responden a la demanda de los hogares para iluminación y potencia. Según una estimación, el 5 por ciento de los hogares en el África subsahariana ahora utilizan alguna forma de iluminación solar, en comparación con el 1 por ciento que lo hacían en 2009.
Están surgiendo nuevos modelos de negocio. Un ejemplo proviene de Kenia. M-KOPA aúna tecnología solar y móvil para traer tecnologías solares asequibles a los pueblos aislados de la red.
Los clientes pagan un depósito pequeño para un sistema de energía solar - por lo general un costo de US $ 200-, que incluye un panel solar, tres luces de techo, radio y medios de carga para teléfonos móviles.
El saldo se paga en pequeñas cuotas a través de una plataforma móvil de pago ampliamente disponible que es utilizada por un tercio de la población.
Algunos gobiernos se han asociado con el sector privado para ampliar en el alcance de la electricidad. El proyecto Ignite Energía en Ruanda reúne varias empresas privadas, agencias gubernamentales y filantrópicas. El proyecto apunta a instalar fuera de la red un sistema de pre-pago que puede alimentar cuatro luces, radios y televisores, así como celulares y sistemas de carga móviles.
A pesar de estos ejemplos convincentes, el progreso sigue siendo demasiado lento. Todavía los costos iniciales de instalación solar son demasiado alto para muchos.
Se trata de un fallo de mercado clásico. Consumidores, inversores y la economía en general están perdiendo a causa de la ausencia de mecanismos institucionales para vincular la oferta y la demanda.
Sin embargo, la falla del mercado puede corregirse mediante una combinación de acciones políticas públicas, innovación empresarial y cooperación internacional.
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