América Latina es una de las regiones que más inversiones atrae en proyectos de energía renovable en todo el mundo. El creciente desarrollo impulsa el cambio a un nuevo modelo energético.
Muchos países de América Latina están experimentando un fuerte crecimiento del desarrollo industrial y económico. Este desarrollo está acompañado por una mayor demanda de energía. La dependencia energética de combustibles fósiles, la seguridad del suministro y el precio de la energía se ha convertido en la preocupación común de los gobiernos de la región. La falta de energía puede frenar el desarrollo. Este factor, es uno de los más importantes que está llevando a los diferentes países a avanzar, tanto a nivel de investigación, como de atracción de inversiones y estrategias políticas, en el sector de las energías renovables en América Latina.
Junto a la necesidad de energía para el desarrollo, existe el no menos importante factor medioambiental. Existe un compromiso de los gobiernos con la mitigación del cambio climático y las medidas para frenar las emisiones de efecto invernadero. América Latina es una región con una enorme diversidad natural y rica en recursos naturales, pero también con una alta vulnerabilidad frente al cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos. La pérdida de erosión del suelo, la erosión y degradación de las costas, y la inestabilidad de los recursos hídricos, tiene implicaciones evidentes para sectores como la energía o el desarrollo de la agricultura e incluso el turismo. Estos hechos han quedado destacados en múltiples ocasiones, como en las intensas sequías que han hecho tambalearse la seguridad del suministro eléctrico en países como Panamá, la primavera pasada. El retroceso de los glaciares andinos puede tener un gran impacto en la producción hidroeléctrica y en el sector agrario.
La contaminación del aire supone un grave problema en algunos países de la región. En Chile, según datos del Ministerio de Medio Ambiente, Ministerio de Medio Ambiente, el gran porcentaje de contaminantes emitidos a la atmósfera que ponen en peligro la salud de al menos 10 millones de personas. La concentración de contaminantes se da sobretodo en la zona centro y sur del país. Las causas principales de estos niveles de contaminación recaen directamente sobre fuentes de energía fósiles y un uso no eficiente de la energía, mayormente en las centrales termoeléctricas, las fundiciones de cobre y el uso de calderas de leña. Esta situación en Chile, ha hecho plantearse al gobierno la necesidad de un plan estratégico de energía, en el cual, es prácticamente obligatorio la sustitución de energías fósiles por energías provenientes de fuentes limpias, que ayuden a bajar los índices de contaminación del país, a la vez de aumentar la calidad de vida de sus ciudadanos.
La ciudad de México D.F, se ha estimado como una de las ciudades con mayor contaminación del aire del mundo. La integración de las energías renovables en las ciudades es una de las políticas que más impulso está teniendo en México. Por ello el Gobierno mexicano está desarrollando estrategias para facilitar la integración de energía renovable a pequeña escala, en las ciudades, por ejemplo a través de programas federales, para pequeñas instalaciones en el sector comercial y residencial, como en el FIDE, o del CONUEE, así como el fomento de sistemas de generación distribuida, aprovechando los incentivos para conexión y medición neta (net metering) existentes en México. Uno de los ejemplo de estas iniciativas para desarrollar ciudades más sostenibles es el programa que se está desarrollando en la Paz, Baja California. El desafío es crear unas bases para el desarrollo de las energías limpias en el municipio, sobre todo proyectos orientados a grandes consumidores como el sector industrial, hotelero y residencial.
También hay que atender a un importante componente social. En América Latina existe un alto porcentaje, al menos un 8 % en la región, que no tiene acceso a la electricidad, debido a infraestructuras deficientes o ubicarse en áreas rurales aisladas donde no es posible llevar la red eléctrica. Muchos países han recurrido a las energías renovables para sus programas de electrificación rural para llevar la energía a estos pueblos. Está demostrado que tecnologías como la energía solar fotovoltaica, es de las más adecuadas para abastecer a escuelas, centros sanitarios y hogares, con una energía limpia e independiente de la red eléctrica y a menor coste. La energía renovable está mejorando la calidad de vida de miles de personas en toda Latinoamérica. También numerosas asociaciones y ONG´s están colaborando en esta tarea, como es el caso del Programa -Luces para aprender- , impulsado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con el objetivo de llevar energía solar y acceso a internet a más de 66.000 escuelas en Iberoamérica, la mayor parte de ellas situadas en zonas rurales y de difícil acceso.
América Latina tiene una oportunidad de desarrollo basada en el cambio a un nuevo energético. El impulso de las energías renovables es además un gran nicho de mercado y una oportunidad para inversores de todo el mundo.
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