El concepto de lo «ecológico» ha venido ocupando en los últimos años una posición cada vez más visible en el proceso decisorio político a medida que las preocupaciones medioambientales se han extendido y ampliado a todos los campos.
La Estrategia Europa 2020 para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador define la transición hacia un modelo económico verde, eficiente en el uso de los recursos e hipocarbónico como algo esencial.
En este sentido, el concepto de «economía verde», se define como un modelo que «garantiza el crecimiento y el desarrollo, protege la salud y el bienestar de las personas, crea empleos dignos, reduce las desigualdades, invierte en la biodiversidad, incluido el capital natural que presta, dado su valor intrínseco y su contribución esencial al bienestar humano y la prosperidad económica, y la preserva»
La transición hacia una economía verde tendrá repercusiones directas sobre la competitividad, tanto de la empresa privada como del conjunto de la economía europea. Los recursos van mermando, mientras que el consumo aumenta cada vez en más sectores, lo que fuerza al máximo los límites de nuestro medio ambiente. Una transición adecuada hacia la economía verde en la UE no solo es algo deseable, sino también imprescindible, para conservar y reforzar cuanto antes la competitividad y el bienestar.
Desde Europa se apoya el Plan de acción ecológico para las pymes y la Iniciativa de Empleo Verde abogando porque el éxito de la transición hacia una economía verde reviste una importancia crucial para la competitividad presente y futura de la Unión Europea.
El sector público y los entes locales y regionales desempeñan un papel decisivo a la hora de facilitar la transición hacia una economía verde; las administraciones públicas, además de impulsar la transición hacia una economía verde, deberán ser modelo y referente en la aplicación de sus proyectos, programas, legislación, contratación y creación de empleo en un nuevo paradigma de economía verde;
En Europa se considera esencial continuar fomentando la competitividad verde de las pymes mejorando el acceso a la financiación, proporcionando mayor información, simplificando la legislación, reduciendo la carga administrativa y reforzando la cultura empresarial ecológica.
Los objetivos del PNIEC son «relevantes» y «alcanzables», aunque esa «oportunidad única» que tiene la península y las urgencias climáticas por impactos que van a incrementarse obliga a «más ambición».
Son objeto de ayuda los proyectos asociados al ecodiseño, la reutilización y segunda vida, y el reciclaje de paneles fotovoltaicos, baterías y aerogeneradores, entre otros.