Las importaciones de gas ruso a la Unión Europea han estado bajo mínimos desde la semana 29 de 2021 (finales de julio) y sólo han vuelto -vaya- a su nivel habitual tras la invasión.
Importaciones de la UE de gas natural desde Rusia:
Como consecuencia de la reducción de importaciones rusas y a pesar de haber incrementado las de otros países, los almacenes de gas en la Unión Europea han estado por debajo del mínimo histórico desde finales de julio.
Destacan particularmente los almacenes que la propia empresa estatal rusa (Gazprom) mantiene en suelo europeo, que no se han llenado durante la primavera y el verano, como es habitual. Claramente, Rusia estaba moviendo ficha ya hace un año.
Como Rusia aporta el 40% del gas que consume la UE, la estrategia de reducción drástica de exportaciones llevó a un gran incremento de precio. Desde que en mayo superara los 20 €/MWh (nivel habitual) ha batido récord tras récord: 50 en septiembre, 100 en diciembre y 200 en marzo.
Dada la estrecha (y aberrante, en mi opinión) relación entre precios mayoristas gas y electricidad en España, la evolución de éstos y sus récords ha seguido pareja a la de aquéllos. 60 €/MWh en mayo, 200 en septiembre, 300 en diciembre y 500 en marzo.
Por eso en mayo del año pasado el 90% de nuestra inflación (ya por entonces cerca del 3%) se debía a la energía.
Lo aberrante es que el 70% de la producción eléctrica peninsular española en los últimos 12 meses (renovables+nuclear) no tenga NADA que ver con el gas ni el resto de combustibles fósiles y se esté beneficiando de estos precios disparados, agravando aún más la crisis energética.
El impacto económico de la estrategia de Rusia se viene arrastrando claramente desde primavera del año pasado. La invasión no ha hecho sino incrementarlo aún más. La sinrazón de las reglas de juego del mercado eléctrico, eso sí, lo ha agravado innecesariamente.
Jorge Morales de Labra.
Director de ProximaEnergia
Una mayor inversión en combustibles fósiles e infraestructuras relacionadas aumentará las perforaciones, el fracking, las emisiones asociadas y solo servirá para empeorar los impactos en el planeta y la salud de las personas.
No cejan los lobbies del gas en su intento de imponernos un combustible caduco y contaminante aún a costa de retrasar la penetración de las energías renovables. Obviamente, les importa un comino el calentamiento global y sus peligrosas consecuencias
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