Debido al marco legislativo y las actividades para reducir los gases de efecto invernadero, Panamá se alza como uno de los países latinoamericanos con más proyección en el futuro.
Panamá es uno de los países emergentes en Latinoamérica respecto a la energía solar fotovoltaica que más oportunidades genera, ya que en él se prevé el desarrollo de un gran número de proyectos rurales, domésticos, y de gobierno.
Los inversores ven en él, un país en pleno crecimiento, en el que además, las autoridades tienen interés en impulsar su mercado. Por ello, las empresas lo ven como un punto estratégico en el mercado Latinoamericano para poder a través de él llegar al resto de países.
Para esto, tanto la Secretaría de Energía de Panamá, como la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) buscan impulsar la generación de energías limpias como la solar, y con ello disminuir la que es generada por otras fuentes.
De hecho, estudios sitúan a Panamá como el país latinoamericano que tiene un mejor marco propicio porque fue de los que más hizo por incrementar su capacidad de energía limpia. Además, el país panameño no solo apoya las energías renovables con su legislación sino que también las respalda con su inversión y los créditos a proyectos en torno al cambio climático.
Panamá también apoya las actividades de gestión de emisiones de gases de efecto invernadero que tiene una relación directa con las energías renovables.
Una nueva y trascendente iniciativa está en marcha para proporcionar un suministro de energía limpia, continua y confiable a las poblaciones del norte de la Amazonía boliviana, incluidas las ciudades de Cobija, Guayaramerín y Riberalta.
El ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, señaló desde Japón que nuestro país presenta mucho potencial y oportunidades para los inversionistas del mundo en el desarrollo de las energías renovables y, específicamente, del hidrógeno verde.