Se implantan en México sistemas de energía solar fotovoltaica para la industria agroalimentaria que reducen el consumo eléctrico y aporta beneficios económicos y medioambientales al sector.
La energía solar fotovoltaica contribuye a dar autonomía a pequeñas industrias agroalimentarias, las cuales se pueden abastecer de energía propia para su producción sin restando dependencia de la red eléctrica.
El algunos invernaderos las maquinas no cesan su actividad de noviembre a enero, esto requiere un constante suministro de energía. Los paneles solares instalados en algunos invernaderos y pequeñas empresas agroalimentarias, suministran la electricidad a la maquinaria y a los sistemas de riego. Además de esta ventaja está el ahorro en la factura de la luz, que puede reducirse en más de un 50%.
El suministro de energía solar, además de los ahorros en las tarifas de la luz, mejora el acceso a la electricidad, esto es fundamental para este tipo de pequeña industrias, ya que en las zonas rurales pueden existir problemas del abastecimiento eléctrico, sobretodo en épocas de temporal. La energía de los paneles solares fotovoltaicos, evitan cortes de luz que pueden afectar a la productividad.
El objetivo de usar la energía solar, a parte de los beneficios económicos que aporta también es reducir la emisión de gases contaminantes y hacer una industria más sostenible, contribuyendo a los planes de la mitigación del cambio climático del país. Este tipo de iniciativas ya están implantadas en más de 500 proyectos de agricultura sostenible que se desarrollan en todo México.
Muchos de estos proyectos en México están apoyados por el banco mundial de desarrollo en colaboración con la Secretaria de agricultura para impulsar las mejores técnicas disponibles para el sector agropecuario y desarrollo rural sostenible.
En la liquidación 10/2024 del sector eléctrico se ha producido una desviación transitoria entre ingresos y costes de casi -1.194,58 millones de euros.
Los precios negativos, saturación del mercado y congestión de la red plantean grandes desafíos para el desarrollo de las energías renovables. Diversificación de la cartera de ingresos del mercado, geografías y tecnologías pueden mitigar los riesgos.
