En Marruecos podemos ver mucha riqueza, y también en el lado opuesto mucha pobreza en lugares dónde ni siquiera ha llegado la energía eléctrica.
En este post queremos centrarnos en aquellos lugares de Marruecos en los que solo hay caminos embarrados repletos de pedruscos a los que los instaladores no pueden ni acceder por ellos al lugar de destino.
Sus amables gentes, - de escasos recursos - , se encargan de ayudar a que los instaladores a llegar al lugar donde se desea realizar una instalación de energía solar.
La ayuda de los lugareños se basa sencillamente en que son conocedores de que la llegada de energía solar a esas zonas va a lograr cambiar la vida allí a las personas.
Para estas gentes, la llegada de la energía solar, significa la llegada del Rey sol.
A muchos pueblos arcaicos no ha llegado aún la modernidad, y eso que Marruecos ha realizado un gran esfuerzo en cuanto al suministro eléctrico pero no en todas partes llega.
Son zonas en las que podemos advertir que no hay nada,… ni agua, ni luz, ni teléfono.
Cuando el instalador se pone manos a la obra a instalar el módulo solar, sus gentes se quedan mirando atentamente todos el proceso de ejecución de la obra. La instalación cuesta cerca de 400 euros.
El instalador utiliza una brújula para su correcto emplazamiento al sur.
Acto seguido comienza con el cableado, que como supondrás… no se ajusta precisamente a las normativas alemanas… pero funciona.
Seguidamente conecta el módulo a una batería para que se vaya cargando.
En ese momento, el instalador hace una pausa, y se toma una taza de té, mientras se percata de la pobreza extrema en la que viven sus gentes.
Cuentan que no hay perspectivas para los jóvenes. Viven en pueblos apartados del atlas. Sus gentes se buscan la vida en otros lugares, como por ejemplo Europa.
En estos territorios en los que no hay carreteras ni electricidad es muy difícil encontrar trabajo.
Se ven obligados a comprar velas que son muy caras.
Todos esperamos y deseamos que su vida cambie gracias a la energía solar.
Entre sus escasas posesiones están estos maizales. Es una economía de subsistencia. Lo que se cosecha debe alcanzar para el invierno, cuando no pueden salir de casa durante semanas.
Su bien más preciado es el azafrán un gramo puede suponer un euro de ingresos. Con esta especia, las familias financiarán la instalación solar.
Se termina de tomar la taza de té,... con lágrimas en los ojos.
Ya está casi lista desde la batería. Tendemos un cable hasta la sala de estar y llega el ansiado momento. Por primera vez la familia tiene luz eléctrica en su choza. Es fantástico.
Apagamos la vela. Ya no hace falta. ¡Misión cumplida!.
El estado marroquí podría hacer mucho más por las personas que viven en estos pueblos apartados.
Las humildes gentes nos cuentan que no hay subvenciones, y que tienen que pagar un 20% de impuestos en la compra de paneles solares.
Esperamos que algún día el Estado reduzca este impuesto, y se implique para que la gente pobre también tenga acceso a esta energía. Marruecos goza de 3.000 horas de sol al año. Es un recurso natural maravilloso.
Aunque el estado marroquí no ayuda a las gentes que viven en estos poblados chabolistas, lo cierto es que lleva años apostando por las energías renovables.
En Marruecos se encuentra una de las instalaciones solares más grandes del mundo.
Se están realizando centenares de megaproyectos solares pues hasta ahora, casi toda su demanda energética es importada a otros países.
En el mes de noviembre, la RedTEJ recorrerá diferentes territorios del país para promover la articulación de diversos actores para su consolidación y operación.
Proyecciones del Plan Decenal de Expansión Energética indican que Brasil debe mantener altos niveles de renovabilidad de la matriz energética