El esfuerzo del Gobierno de Costa Rica y el Instituto Costarricense de Electricidad por integrar la energía solar en el país se está traduciendo en un crecimiento de proyectos de pequeña y mediana escala.
Costa Rica es un país con muy buenas posibilidades para explotar los recursos renovables. En la actualidad es de los países de la región que mayor porcentaje de energía renovable tiene incorporado en su matriz. Gran parte de la generación de la energía viene por parte de las centrales hidroeléctricas, la dependencia del régimen de lluvias también tiene sus desventajas. El fenómeno del niño ha causado graves sequías que han puesto en alerta el suministro eléctrico de países como Panamá.
Costa Rica tiene un buen ambiente para la inversión de proyectos, tanto por sus indicadores sociales, como por las calificaciones de riesgo país, y la competitividad. El problema es que en el caso del sector eléctrico, el mercado de Costa Rica necesita abrirse a la inversión privada para prosperar en la integración de fuentes de energía renovable como la eólica o la solar.
El sector eléctrico costarricense se caracteriza por la presencia de un organismo estatal dominante, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y el nivel de apertura del mercado es bajo, con un modelo no competitivo. ICE controla generación, transmisión y distribución, con un sistema de comprador único. A esta integración vertical del ente público, se le une la elevada tasa de electrificación del país, que ha venido limitando las oportunidades de mercado para actores privados.
Sin embargo una modesta apertura a la iniciativa privada basada en una ampliación de la capacidad de generación de proyectos privados y la posibilidad de darse una contratación directa con consumidores cualificados. De 2006 a 2011, entraron inversiones por un total de 1.000 millones de dólares en proyectos y negocios relacionados con energía limpia.
Una de las iniciativas que se está llevando a cabo con éxito por el ICE es el incentivo a la energía solar a nivel residencial y de pequeña escala. El -Programa Piloto de Generación Distribuida con Autoconsumo con Energías Renovables- está analizando las nuevas tecnologías de generación a pequeña escala y su efecto en las redes de distribución, con el propósito de diseñar posteriormente programas de desarrollo de la generación distribuida usando fuentes renovables y establecer los ajustes adecuados al sistema eléctrico y al marco tarifario y regulatorio.
Estos incentivos están haciendo que el mercado de paneles solares aumente en el país y que la energía solar fotovoltaica se esté posicionando como la tecnología idónea para el ahorro de electricidad en viviendas y comercios. En principio los consumidores ven caros estos sistemas, pero la rentabilidad y los beneficios a medio plazo están cambiando la manera de percibir el ahorro energético por parte de los consumidores y están optando por implantar estos sistemas.
El florecimiento del sector fotovoltaico en Costa Rica también está haciendo surgir empresas de ámbito nacional vinculadas al sector y generando empleo. El lanzamiento del proyecto piloto sobre autoconsumo y generación distribuida ha cumplido tres años, desde entonces se ha elevado la potencia renovable instalada, cuyo reto es llegar a los 10 MW en 2015.
Los objetivos generales serían promover las nuevas formas de consumo y autoconsumo que favorecen un menor precio de la energía generada y consumida localmente y asegurar la sostenibilidad del modelo resultante.
Al igual que en los últimos años, el Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA), una iniciativa de BC3, lanza el Informe Anual OTEA. En el documento se recoge la evolución de distintos indicadores relacionados con el clima