La energía solar fotovoltaica es la tecnología que menos había crecido en el país hasta el momento, por la falta de apoyo, sin embargo varios programas la están impulsando su despegue con éxito.
Brasil es un país rico en recursos naturales y está realizando un esfuerzo por impulsar las energías renovables. La matriz energética de Brasil cuenta con una amplia participación de fuentes de energía limpia. El país es líder en producción de biocombustibles, los cuales se han convertido en un importante mercado. El interés del gobierno en impulsar el biodiesel quedó patente en el Programa Nacional de Producción y Uso del Biodiesel, que organiza la cadena productiva, define las líneas de financiación, las tecnologías etc. El PNPB fue establecido por medio de un Decreto en 2003 y entró en funcionamiento el 6 de diciembre de 2004.
También es muy notable la producción en centrales hidráulicas, más de un 70%, ya que cuenta con grandes recursos hídricos, aunque esto cuenta con una debilidad de dependencia energética del periodo de lluvias. Respecto a la potencia eólica instalada, Brasil ha avanzado mucho en los últimos años, situándose entre los países en vías de desarrollo con mayor potencia instalada y también tiene un gran potencial del recurso, sobre todo en la zona del litoral de Maranhão, Piauí, Ceará, Rio Grande do Norte.
Estas energías renovables, fueron impulsadas y apoyadas por el gobierno de Brasil, gracias al Programa del Ministerio de Energía y Minas, de Incentivo a las Fuentes Alternativas de Energía, PROINFA. Este programa ha sido un hito importante para la integración de las energías renovables en la matriz energética, el cual en principio estableció la contratación de 3300 MW de energía renovable en el sistema.
Con este programa se realizaron cuantiosas inversiones en el sector de la energía renovable, sobre todo eólica y biomasa, sin embargo la energía solar fotovoltaica no fue incluida. Esto ha dado lugar a que la tecnología fotovoltaica se quedase atrás en la integración energética, sobre todo en plantas a gran escala conectadas a red.
Brasil es un país con un gran recurso solar, tiene altos índices de radiación en gran parte de su territorio, por lo que aunque la energía solar está comenzando a integrarse se le augura un buen futuro. El coste de la tecnología está descendiendo a un ritmo rápido al mismo tiempo que la demanda energética crece en el país.
Aunque la energía solar no estuvo en un principio apoyada por el PROINFA, y no existe una estrategia para incentivar la energía solar propiamente dicha, por el estado, Brasil ha implementado varios programas que impulsan la energía solar sobre todo para la electrificación en comunidades rurales o en sistemas aislados. De estos programas, los más importantes han sido el PRODEEM, Programa para el Desarrollo Energético de Estados y Municipios, el cual supuso un salto para el know-how de la industria solar en Brasil, ya que hubo una implicación bastante importante en investigación y centros universitarios con dicho programa.
El otro éxito en electrificación rural, es el programa -Luz para Todos-, impulsado por el Gobierno estatal en 2003, con la ambiciosa meta d llevar energía eléctrica a diez millones de personas, contando en gran parte con la instalación de paneles solares fotovoltaicos, sobre todo en aquellas zonas de difícil acceso.
La energía solar fotovoltaica se comenzó a implantar en Brasil como una energía limpia y segura con la que se podía abastecer a miles de hogares. Por ello también se han dado pasos importantes en el autoabastecimiento y balance neto con energía solar. La generación distribuida con energía solar fotovoltaica está introduciéndose en el país con más facilidad que las instalaciones a gran escala. El aprovechamiento del potencial de las nuevas tecnologías está apostando por un modelo de generación de plantas de pequeña y mediana potencia y autoconsumo, para hogares y empresas. La aprobación de un marco legal para el Net Metering en Brasil, junto a esta voluntad de cambio de modelo energético está generando un gran estímulo para avanzar con la energía solar en Brasil y abre interesante oportunidades para desarrollar nuevos nichos de mercado. Por ejemplo se aprobó en el 2012 las normas destinadas a reducir las barreras para la instalación de generación distribuida de pequeña potencia, que incluye: la microgeneración, con un máximo de 100 KW de potencia, y minigeneración, de 100 KW a 1 MW.
La oportunidad para la energía solar a gran escala ha llegado con la participación de proyectos en las subastas de energía. Por primera vez los proyectos han podido participar en la subasta A-5, cuyas licitaciones se llevaron a cabo en diciembre de 3013. Por otro lado, el estado de Pernambuco, apoyándose en el programa -Pernambuco Sostenible- celebró la primera subasta de la energía solar también durante el mes de diciembre de 2013. El gobernador Eduardo Campos, anunció la contratación de 122,82 megavatios de energía a partir del sol, lo que equivale a seis veces más que el total de 20 megavatios producidos actualmente en Brasil. Es la primera subasta de energía solar realizada por un estado de Brasileño, la cual se ha llevado a cabo con éxito y se traducirá en una gran inversión. Atraer la inversión extranjera es fundamental para el despliegue de la energía solar fotovoltaica en Brasil.
La energía solar también será el escaparate ideal del impulso al cambio a un modelo energético limpio y sostenible. En la Copa del Mundo de Fútbol, que se celebrará en el país en el 2014, varias de las instalaciones donde se va a celebrar la Copa de fútbol van a cubrir sus necesidades energéticas utilizando paneles fotovoltaicos, como son los estadios de Brasilia, Mané Garrancha; Maracaná en Rio De Janeiro; Estadio Gobernador Magallanes en Belo Horizonte; y la Pernambuco Arena en Recife. El Marco del Mundial es ideal para mostrarle al mundo que Brasil está apostando por la energía renovable y solar fotovoltaica.
En el marco de la edición número 36 de la jornada, por parte de relevantes actores públicos y privados han sido presentados los datos actualizados de la estructura energética en España.
El plazo para presentar alegaciones finalizará el lunes, 22 de abril de 2024.
