Hoy en Sevilla, la Asociación APREAN Renovables y la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF), han informado de la situación actual de la tecnología y el sector fotovoltaico en Andalucia y España.
La Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF) y la Asociación de Promotores y Productores de Energías Renovables de Andalucía (APREAN) han desvelado hoy en Sevilla, en una Jornada de Encuentro con los Medios de Comunicación, la ventajosa situación de la energía fotovoltaica en Andalucía: es la Comunidad Autónoma que mantiene más mercado –y más inversión capta– tras el cambio de regulación de 2008. En el último ejercicio completo, 2010, logró incluir más potencia solar que las demás en el cupo máximo establecido por el Gobierno central.
Durante el boom solar de 2007 y 2008, Andalucía instaló casi 700 MW y en la actualidad es la segunda Comunidad Autónoma por volumen total de mercado, tras Castilla-La Mancha. Tras un desastroso 2009 –en toda España se instalaron sólo 17 MW–, Andalucía instaló en 2010 un total de 55,42 MW y fue tercera en el ranking nacional, tras Extremadura (60,15 MW) y Castilla y León (56,71 MW), y a cierta distancia de Murcia (44,25 MW). Junto a este notable tercer puesto, Andalucía fue la Comunidad Autónoma que consiguió incluir un mayor número de proyectos fotovoltaicos en el cupo anual de adjudicaciones establecido por el Gobierno central: 68,4 MW, repartidos en 208 instalaciones, sobre un cupo de 477,2 MW.
Estos datos recientes indican que las excelentes condiciones de irradiación de Andalucía, así como la calidad de su tejido empresarial, están permitiendo que la región mantenga un volumen de mercado fotovoltaico mayor que en otras zonas del país tras el cambio de regulación que se produjo en 2008.
Un mayor mercado fotovoltaico se traduce en una mayor producción de electricidad limpia, autóctona, segura y renovable. Durante 2010, Andalucía produjo un total de 1.194 GWh, energía fotovoltaica suficiente como para cubrir el 2,96% de la demanda eléctrica de la Comunidad o para satisfacer las necesidades de más de 280.000 hogares. Además, se evitó la emisión de 1,12 millones de toneladas de CO2, cantidad que se hubiera emitido al generar esa misma electricidad con carbón.
Sencillez y proyección
La fotovoltaica es una fuente de energía con un sistema de generación muy sencillo –basta con exponer un panel a la luz solar para obtener electricidad–, que lleva décadas demostrando su fiabilidad y su capacidad para ser una parte fundamental del mix eléctrico. Por su versatilidad cuenta con numerosas aplicaciones: desde grandes ‘huertos’ a satélites artificiales, pasando instalaciones domésticas, juguetes, generadores portátiles para dispositivos electrónicos…
Gracias a un vertiginoso descenso en costes –en España las tarifas han descendido un 70% en los últimos cuatro años– se prevé alcanzar a corto plazo la paridad de red y la rentabilidad directa del autoconsumo fotovoltaico: a medidos de la presente década, a los consumidores ya nos resultará más rentable generarnos nuestra propia electricidad con unos paneles solares ubicados en el tejado que comprársela a la compañía eléctrica.
A estas y otras innegables ventajas de la fotovoltaica –ya produce electricidad durante un 30% más horas que la hidráulica o que el fuelóleo– se une la obligación de alcanzar el objetivo europeo de cubrir un 20% de consumo energético con energías renovables en 2020, lo que augura un importante crecimiento de la tecnología, cuya presencia en España se duplicará en la presente década.
60.000 empleos en 2020
De acuerdo con el Plan de Energías Renovables 2011-2020, actualmente en fase de información pública, la fotovoltaica será la fuente de energía renovable que más empleo generará durante en los próximos años, hasta alcanzar la cifra de 59.022 puestos, el 20,5%% de todo el empleo renovable del país.
Tras un convulso período inicial de despegue, del que todavía no se ha recuperado el sector fotovoltaico nacional, el afianzamiento definitivo de la fotovoltaica en España viene marcado por la penetración de la tecnología solar en la edificación y los entornos urbanos, de acuerdo con un modelo eléctrico de generación distribuida.
Se logra una generación eléctrica exclusivamente a partir de fuentes renovables, cubriendo la demanda interna de 1,437 MW y generando un excedente exportable de 226.47 MW para suplir el déficit de otros países en la región.
El texto reconoce resultado del Grupo de Trabajo sobre Transiciones Energéticas del G20 a partir de la carta que el ministro Alexandre Silveira entregó al Papa Francisco a principios de este año