Las pérdidas son una consecuencia inevitable de la circulación de energía a través de las redes eléctricas. Veamos la diferencia entre las pérdidas técnicas y las perdidas administrativas, y su clasificación.
En los últimos años se ha incrementado sustancialmente la diferencia entre la energía generada en barras de central y la energía demandada por los consumidores, lo que se traduce en un deterioro progresivo de las pérdidas del sistema.
Si bien las pérdidas son una consecuencia inevitable de la circulación de energía a través de las redes eléctricas, suponen un importante impacto económico, que puede valorarse como la suma del coste de la energía eléctrica perdida, el coste de la capacidad instalada adicional en las redes de transporte y distribución y el coste del impacto medioambiental de la generación adicional que se requiere para cubrirlas.
Atendiendo a su origen, las pérdidas pueden clasificarse como pérdidas técnicas, producidas por la disipación de energía en forma de calor u otras variables físicas como parte del proceso de suministro, y en pérdidas administrativas o no-técnicas, que se producen cuando existen cantidades de energía que, si bien son consumidas por clientes, no quedan registradas como ventas. Dentro de estas pérdidas no técnicas se incluyen las anomalías y defectos de los equipos de medida y el fraude eléctrico.
Las pérdidas técnicas, a su vez, se clasifican dentro de las siguientes tipologías:
I.- Pérdidas fijas. Son independientes de la intensidad de la corriente en circulación y se producen principalmente en el hierro del que está formado cada uno de los núcleos magnéticos que forman parte de los transformadores. Dentro de esta categoría cabe mencionar que el aislamiento de los diferentes componentes de la red no es ideal, lo que se traduce en algún tipo de derivación a través suyo en los transformadores, líneas y cables.
II.- Pérdidas variables. Se producen en todos los elementos conductores de la red, pero fundamentalmente en las líneas, que se calientan al paso de la corriente eléctrica debido al efecto Joule, disipando el calor en el ambiente sin un resultado productivo. De acuerdo a la ley de Ohm, las perdidas son proporcionales al cuadrado de la intensidad de corriente, por lo que serán menores cuanto mayor sea la tensión, o la resistencia del medio sea menor.
III.- Adicionalmente a estos dos tipos de pérdidas, también se suelen incluir dentro de las pérdidas técnicas las pérdidas de autoconsumo de la red, que corresponden a la energía que es necesaria consumir para poder operar la red en condiciones óptimas de servicio y seguridad (calefacción, iluminación, enfriamiento de equipos, compresores de aire, baterías de respaldo, etc).
Por otro lado, las pérdidas técnicas también pueden clasificarse en base a los siguientes criterios:
a) Nivel de tensión (BT/Resto): La red de BT (< 1 kV) es netamente radial y su modificación requiere actuaciones manuales en campo (no siendo posible, en general, la modificación remota), por lo que las pérdidas en esta red deben analizarse de forma separada.
b) Equipos en los que aparecen: Pueden ser de dos tipos:
o Equipos principales: líneas y transformadores.
o Equipos auxiliares, tales como:
- Contadores y fusibles de CTs.
- Servicios auxiliares de subestaciones.
c) Desequilibrios en la red de BT: Dado que la mayoría de los clientes en BT son monofásicos, su conexión en redes trifásicas produce desequilibrios que ocasionan aumentos de corriente en, al menos, una de las fases.
Las distintas medidas analizadas se clasificarán en función de las categorías de pérdidas indicadas.
El nuevo récord de expansión de la capacidad instalada es de 5,7 GW, superando el hito de 2023, cuando se registraron 4,8 GW entre enero y junio.
El equipo técnico, conformado por los ministerio de Energía, Vivienda y la SEC, tiene como objetivo potenciar el desarrollo de la energía solar para el uso en el agua caliente sanitaria.
