La transformación hacia una economía verde en España tiene un enorme potencial para crear nuevos empleos en momentos en que el país registra una tasa de desempleo juvenil de 50 por ciento, según un informe publicado recientemente.
Sin embargo, el informe titulado “Empleos verdes para el desarrollo sostenible. El caso Español” advierte que la gravedad de la recesión, sumada a las medidas de austeridad adoptadas para contenerla, hace peligrar la creación de empleos verdes.
Esto tendrá un “impacto significativo sobre el empleo y el crecimiento”, agrega el informe. En la actualidad, hay entre 400.000 y 500.000 empleos verdes en España, lo cual equivale a cerca de 2,2 por ciento del empleo total del país. La economía verde contribuye genera cerca de 25.000 millones de dólares al año, o 2,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
El informe – producido por Sustainlabour, con la asistencia técnica de la OIT – destaca que la creación de empleos verdes puede de hecho ayudar a superar la recesión.
El informe cita datos del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE) y de la Fundación Biodiversidad (FB), que indican que más de 1 millón de empleos verdes podrían ser creados de aquí al 2020 en España, dependiendo del apoyo que estos sectores reciban en términos de medidas políticas.
“La economía verde ofrece una buena oportunidad para incrementar la competitividad, promover la creación de empleo de calidad y reducir el impacto ambiental de la economía”, afirmó Joaquín Nieto, Director de la Oficina de la OIT en Madrid. “Esto puede ser aplicado particularmente bien al caso de España, que necesita reactivar su economía”.
Estudios recientes muestran que los sectores verdes en Europa han superado la recesión mejor que otros sectores. La Comisión Europea declaró, en los primeros meses de este año, que el crecimiento del empleo en las eco-industrias alcanzó un promedio de 2,7 por ciento anual entre 2000 y 2008, comparado con 1 por ciento para la economía en general.
La OIT define los empleos verdes como “empleos decentes que reducen el consumo de energía y materias primas, limitan las emisiones de gases de efecto invernadero, minimizan los desperdicios y la contaminación, y protegen y restablecen los ecosistemas”.
Sostiene que un enfoque estratégico integral es esencial para garantizar que el impulso hacia una economía más respetuosa del medio ambiente sea sostenible. Esto requiere de incentivos y apoyo por parte de las empresas, la extensión de la protección social, apoyo a los ingresos y medidas de formación profesional dirigidas a los trabajadores, y diálogo social que involucre a empleadores y sindicatos.
Tramitar las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico vía comunicación previa elimina el problema de las esperas de hasta ocho meses que se han producido hasta ahora y que afectan al medioambiente y la generación de empleo.
Cinco grandes organizaciones ecologistas defienden que lo que hace falta son trabajos estables duraderos y sostenibles en la zona y no contraponer desarrollo y empleo a la conservación de la naturaleza.
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