Desayuno con el Clúster, donde la vicepresidenta Tercera del Gobierno ha puesto de relieve la importancia de la economía azul para la transición hacia un modelo de desarrollo descarbonizado.
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera ha anunciado que en unos meses estará disponible la hoja de ruta para la energía marina en España. Durante su intervención en los Desayunos con el Clúster, organizados por el Clúster Marítimo Español (CME), la vicepresidenta tercera ha hecho especial hincapié en el potencial de la eólica offshore, cuyo plan de desarrollo tendrá en cuenta los usos preexistentes de los espacios marinos.
Tras reconocer la importancia de la economía azul para nuestro país, destacando que genera el 5% del empleo y el 3% del PIB, ha afirmado que “España debe fomentar una economía azul sostenible”, haciendo un uso responsable de los recursos marinos. Además, la situó en el centro de la transformación de nuestro modelo de desarrollo, siendo una pieza clave en el proceso de transición hacia la descarbonización.
En este sentido, el presidente del CME, Alejandro Aznar, ha pedido durante su intervención inicial que las regulaciones incluyeron los medios para llevar a cabo esa transición, no sólo los objetivos. Y es que, ante la falta de combustibles alternativos eficaces, el impacto financiero de las medidas y la regionalización del ámbito de aplicación de las mismas, podría lastrar la competitividad de todo el sector del mar.
Aznar, que arrancó su presentación explicándole a la ministra la visión de la economía azul del Clúster, ha hecho hincapié en que llevan años apoyando las medidas de la Organización Marítima Internacional (OMI), de implantación internacional, y que ahora los planes de la Unión Europea han cambiado el panorama. El motivo es que las medidas de la UE son de aplicación “regional”, restando competitividad a la flota europea frente a terceros países. De este modo, después de aclarar que no se oponen a los objetivos marcados, sí que pide que se tengan en cuenta las tecnologías disponibles para lograrlo.
Por su parte, Ribera ha reconocido la falta de alternativas tecnológicas claras actualmente, pero también pidió que no se olviden los objetivos marcados, por ello “resulta imprescindible el acompañamiento”. Además, la vicepresidenta tercera ha destacado la importancia del uso del gas natural licuado (GNL) en el transporte marítimo, así como el esfuerzo con otro tipo de tecnologías para avanzar en el proceso de descarbonización del sector.
Tras exponer la panorámica actual, Ribera ha detallado las reflexiones que quería compartir con los socios de Clúster, donde principalmente figura el potencial de la energía eólica marina para conseguir los retos marcados. Según la vicepresidenta tercera, son conscientes de que hay que poner en marcha el despliegue de nuestra capacidad y lo harán a través de un plan cuyo objetivo es disponer de hasta 3 gigavatios para 2030.
El plan que será presentado en unos meses recoge el despliegue de la eólica offshore en cada una de las cinco demarcaciones marítimas y tendrá en cuenta los usos preexistentes de los espacios marinos, compatibilizando todas las actividades.
La vicepresidenta tercera también quiso hacer referencia al denominado PERTE Naval que ofrece “un espacio de oportunidades gigante”, afirmó Ribera, para quien este instrumento no solo permitirá incrementar el PIB y el empleo, sino que facilitará la consecución de los objetivos de transición hacia una economía descarbonizada. Las inversiones previstas ayudarán a introducir las nuevas tecnologías energéticas en el transporte marítimo.
Por otro lado, también quiso tranquilizar al sector desechando la posibilidad de establecer ahora el debate sobre la subida de impuestos medioambientales, argumentando que estamos viviendo un momento demasiado complejo para ello, si bien ha puntualizado que la presión fiscal no puede recaer ni en las Pymes ni en los ciudadanos más vulnerables.
La energía marina es, de las fuentes de energía renovables, la que todavía tiene un mayor recorrido hasta llegar a su madurez comercial.
El Ejecutivo habilitará al menos 200 millones de euros para I+D de 2021 a 2023 para reforzar las plataformas de ensayo existentes y ofrecer los mejores y más rápidos bancos de prueba de nuevas tecnologías.