El Tribunal Supremo ha desestimado de forma definitiva la petición de la Abogada del Estado para cerrar uno de los procesos abiertos en el Juicio por el Clima.
El litigio judicial contra el Gobierno español sigue su curso.
La Abogacía del Estado consideraba que, tras la aprobación en Consejo de Ministros en marzo de 2021 del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el Gobierno cumplía con las obligaciones reflejadas en la demanda, pero el Supremo estima que no es así. Las organizaciones demandantes consideran que se trata de una victoria muy importante y confían en que la justicia empuje al Gobierno a cumplir con sus obligaciones internacionales.
Este Juicio por el Clima no es el primero en llegar a un Tribunal Supremo ni será el último. En países como Holanda, Francia y Alemania ya se ha fallado a favor de la ciudadanía. Estos procesos continuarán y no estarán únicamente dirigidos hacia los gobiernos, sino a muchas de las empresas cuyo modelo de negocio se basa en la depredación de recursos naturales y humanos.
Cabe recordar que son las personas y los países con menos recursos quienes sufrirán con mayor dureza las consecuencias del cambio climático, a pesar de ser los menos responsables de esta crisis ecológica. Por el contrario, las grandes empresas responsables de la situación actual actúan con impunidad y tratan de venderse como una “solución verde”, con la complicidad de los poderes públicos.
“Encontrar el amparo de la justicia en España no solo es posible, sino una obligación moral de toda la ciudadanía”, en palabras de las organizaciones convocantes. “Está en mano de la sociedad civil recordar al Tribunal que, en pleno siglo XXI, la concepción de la justicia debe incorporar de forma nítida el derecho de las generaciones presentes y futuras a una vida digna en un planeta sano”.
Foto: Ecologistas en Acción
Antes de las sesiones ministeriales del G20 sobre medio ambiente, clima y energía que se celebran en Nápoles los días 22 y 23 de julio 2021, esta carta ha sido remitida a todos los Jefes de Estado del G20.
Esta acción de desobediencia civil se enmarca en la ola de rebelión climática iniciada el 5 de junio, que continuará durante el mes de julio en diferentes puntos del Estado.
El texto, que tiene luz verde en un momento decisivo para el planeta y con la COP26 a la vuelta de la esquina, contempla unos objetivos insuficientes para hacer frente a la emergencia climática.