Las organizaciones de la sociedad civil exigen políticas que lleven a cabo una reducción drástica de las emisiones netas de gases de efecto invernadero acompañadas de políticas sociales que prioricen a las personas y a los colectivos vulnerables
Amigos de la Tierra reclama al Gobierno que esté a la altura de la crisis climática actual que enfrenta la humanidad. La necesidad de priorizar la urgencia sanitaria que se está viviendo no puede ser una excusa para dejar de tomar las medidas indispensables para una transición ecológica justa, que no solo servirá para hacer frente a la crisis ambiental, sino también a las crisis sociales y sanitarias.
La pandemia se enmarca en un contexto de deterioro ambiental y social ocasionado por un modelo de producción y consumo que no tiene en cuenta los límites planetarios, el mismo modelo económico que a su vez es causa del COVID-19. En consecuencia, la asociación ecologista destaca que las medidas para hacer frente a estas crisis deben basarse en criterios de justicia social y ecológica.
La situación actual es una clara demostración de la necesidad local y global de dar un giro de 180º al sistema económico impuesto. El cambio climático sigue su curso y la sociedad sigue inmersa en una emergencia climática sin precedentes, un contexto que ningún gobierno puede obviar. A pesar del retraso que ha sufrido la próxima cita climática mundial, la COP26 en Glasgow, las decisiones a adoptar deben ser urgentes y contundentes, más aún tras la evidencia del grave impacto que tienen en la población las crisis ocasionadas por un modelo económico que deja de lado a las personas.
La acción climática debe ser conjunta y siempre poniendo el foco en los colectivos más vulnerables. Por todo ello, Amigos de la Tierra como parte de la Alianza por el clima, junto a Fridays for Future y 2020 Rebelión por el Clima, convoca a la ciudadanía a una acción global por el clima el próximo viernes 24 de abril a las 22:00h., con el objetivo de reclamar una salida de esta crisis con políticas que pongan en el centro el medio ambiente y a las personas con criterios de justicia social.
Ante la crisis sanitaria, los gobiernos de todo el mundo están demostrando que son capaces de escuchar a la ciencia y actuar de forma coherente con las necesidades de la población ante situaciones extremas. Por este motivo desde Amigos de la Tierra no van a aceptar ninguna excusa para ralentizar la lucha climática, una lucha que debe tener como eje criterios de justicia climática, y exige que escuchen a la ciudadanía y a la ciencia.
La reducción drástica de emisiones es indispensable para transitar hacia un modelo donde las crisis social, ambiental y sanitaria, puedan superarse. Es el momento de que la clase política y empresarial demuestren su compromiso para poner en marcha las políticas necesarias que hagan frente al aumento de temperatura.
Si no se eleva la emergencia climática a todo el Estado español y el resto del mundo, se volverá a caer en los errores ya cometidos en la crisis de 2008. El reconocimiento público de la grave situación en la que se encuentra el planeta, los seres vivos y ecosistemas, tal y como evidencia la comunidad científica a través de informes sobre el estado de la biodiversidad del IPBES y sobre el calentamiento global de 1,5ºC del IPCC, es básico para salir de las crisis actuales y encaminarnos hacia una transición ecológica capaz de hacer frente a las situaciones extremas que se están viviendo y viviremos.
Para este fin exigen al Estado Español la descarbonización total de la economía para 2040; aumentar la reducción de emisiones de CO2 del 23% actual al 55% para el 2030 respecto a 1990; acabar con los subsidios, exenciones fiscales y otros beneficios de los combustibles fósiles, así como incorporar medidas de reducción de emisiones que aborden sectores como el transporte, la ganadería y sectores industriales.
A través de esta acción ciudadana conjunta y el manifiesto común, las organizaciones de la sociedad civil exigen políticas que lleven a cabo una reducción drástica de las emisiones netas de gases de efecto invernadero acompañadas de políticas sociales que prioricen a las personas y a los colectivos vulnerables, esto es, medias de justicia climática.
En un manifiesto conjunto, las organizaciones apuntan que la salida de la crisis sanitaria se debe realizar de forma justa y sostenible.
Gracias a su alto grado de competitividad, la fotovoltaica puede dotar a la industria española de una importante ventaja competitiva en el precio de la electricidad con respecto a sus competidores de los países de nuestro entorno.