La CNE acoge el II Encuentro de Reguladores Energéticos Iberoamericanos y Europeos
Entre las conclusiones destacan el desarrollo de energías renovables en poblaciones aisladas y de tecnologías inteligentes para gestionar la demanda.
El Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía (CNE) acogió esta mañana un encuentro entre los representantes de la Asociación Iberoamericana de Entidades Reguladoras de la Energía (ARIAE) y el Consejo de Reguladores Energéticos Europeos (CEER) dirigido a debatir los retos regulatorios comunes. La reunión, propiciada por el Gobierno de España, sirvió de antesala al Foro Europa-Latinoamérica-Caribe, que tendrá lugar los días 30 y 31 de abril en Berlín, bajo Presidencia Española de la Unión Europea (UE).
El acto se dividió en tres sesiones temáticas para abordar en profundidad la seguridad del suministro, la problemática del cambio climático y la regulación de los mercados minoristas. El Secretario de Estado de Energía, D. Pedro Marín Uribe, abrió el encuentro haciendo especial hincapié en el papel clave del cambio climático dentro de la agenda política internacional, y llamó a los reguladores a seguir contribuyendo activamente a la solución de estas cuestiones. Posteriormente, tras debatir las presentaciones programadas, la ARIAE y el CEER alcanzaron las siguientes conclusiones.
En materia de seguridad de suministro
La disponibilidad de niveles adecuados de capacidad de interconexión de electricidad y gas, así como el desarrollo de infraestructuras que permitan un transporte interfronterizo de energía eficiente y efectivo, son cuestiones básicas para alcanzar un nivel adecuado de seguridad de suministro. Además de apuntalar estos pilares, si se desea una mayor integración regional de los mercados energéticos es también necesario tener en cuenta las especificidades nacionales para crear los canales óptimos, tanto políticos como institucionales, de cara a la implementación de modelos de mercados mayoristas más eficientes, de mejores mecanismos de gestión de las interconexiones, y de un funcionamiento más seguro y eficiente de los sistemas energéticos nacionales.
Se debe fortalecer y armonizar las competencias y los poderes de las autoridades regulatorias para responder a los nuevos desafíos en materias como el equilibrio entre oferta y demanda o el esperado desarrollo de nuevas tecnologías de bajo consumo de carbón. En este sentido, una regulación orientada al mercado es la mejor garantía de buen funcionamiento de los mercados energéticos, aunque puede ser necesario establecer otros elementos adicionales de seguridad para preservar la seguridad de suministro y evitar cualquier amenaza para la seguridad o el orden públicos.
En materia de cambio climático
La contribución de la regulación energética a la lucha contra el cambio climático se fundamenta en la promoción de una dieta de generación que facilite un desarrollo sostenible, lo que conlleva la integración de fuentes de energía renovables y de bajo nivel de emisiones de carbono. Mejorar y reforzar las redes y la integración de tecnologías inteligentes en la operación y la gestión de la demanda energética parecen ser los elementos clave para alcanzar niveles superiores de eficiencia y ahorro energéticos.
Paralelamente, es de vital importancia la promoción de debates multilaterales y de intercambios de información destinados a facilitar la creación de mercados de energía regionales y la coordinación de diferentes políticas públicas en los sectores energéticos, ante las diversas situaciones económicas nacionales.
Dentro de este capítulo, la colaboración internacional será cada vez más importante, y los reguladores energéticos acogen muy favorablemente la creación de la Confederación Internacional de Reguladores Energéticos (ICER), la celebración cada tres años del Foro Energético Mundial, y la Mesa Redonda de reguladores energéticos organizada en el marco del G-20.
Los reguladores energéticos nacionales podrían jugar un papel protagonista en la provisión de mejores análisis de coste-beneficio de los paquetes regulatorios, con el fin de poner freno al cambio climático en interés de todos los consumidores. En este contexto, los reguladores energéticos tienen que aconsejar a los gobiernos nacionales desde la independencia.
En materia de suministro a los consumidores
La regulación energética debe lograr un funcionamiento competitivo y transparente de los mercados minoristas, poniendo a disposición de todos los consumidores un suministro fiable, asequible y de calidad. Los gobiernos y reguladores nacionales deben prestar especial atención a los consumidores con menor renta, teniendo en cuenta tantos sus ingresos como la continuidad de su suministro a la hora de facilitarles energía. El acceso a nuevas y más avanzadas tecnologías energéticas –especialmente energías locales y renovables- tiene que extenderse a los centros de población que, debido a cuestiones geográficas, requieran de soluciones no convencionales.
Las redes de suministro inteligentes, particularmente los contadores inteligentes, permitirán a los consumidores participar activamente en el mercado, fortaleciendo los beneficios de la competencia en los mercados minoristas. A este respecto, educar a los consumidores sobre los nuevos equipos inteligentes puede ser también una cuestión crucial.
El diseño de los marcos regulatorios debe satisfacer los objetivos de seguridad de suministro, desarrollo sostenible, lucha contra el cambio climático y promoción de la competitividad en los diferentes mercados energéticos.