Iberdrola, empresa enemiga de las energías renovables españolas.

La lucha contra el cambio climático exige un cambio de modelo energético en el que los combustibles fósiles pierdan el protagonismo que tienen en la actualidad y sean sustituidos por otras fuentes de energía más sostenibles y por una forma de utilizar la energía más racional y eficiente.

Las nuevas fuentes de energía que se necesitan para reemplazar a los combustibles fósiles se agrupan en la categoría de energías renovables, ya están disponibles y se están desarrollando a mayor velocidad de la que nadie era capaz de prever, tanto en el aspecto de rendimiento técnico como en el de reducción de costes.

Por otro lado, el desastre nuclear de Fukushima en 2011 ha sido el más reciente y dramático recordatorio de que la energía nuclear, lejos de constituir una alternativa viable, en realidad es un peligro de primera magnitud que también obliga a su abandono urgente.

La viabilidad de un modelo energético sostenible, que permita esa necesaria y urgente sustitución de los combustibles fósiles y la energía nuclear, ha sido validada por numerosos estudios, entre ellos los informes Revolución Energética publicados por Greenpeace. En el caso de España, el estudio Energía 3.01 de Greenpeace demostró no solo que un modelo energético basado en la eficiencia, inteligencia y 100% renovable es factible, sino que además presenta ventajas sustanciales para España, tanto desde la perspectiva ambiental como desde la económica e incluso la territorial.

Pero no solo los informes apuntan en esa dirección. La propia realidad avanza también en la misma línea y cada vez más países han iniciado la transición hacia un nuevo modelo energético sostenible.

Durante la primera década del siglo XXI España experimentó un gran protagonismo en el desarrollo de las energía renovables y se situó como uno de los países líderes en su implantación. Sin embargo, en los últimos años ha habido un giro en las políticas que favorecían este liderazgo y se está experimentando un gran retroceso en su desarrollo.

Este cambio en las políticas ha ido acompañado por una campaña de desprestigio de las grandes eléctricas (UNESA2) a las energías renovables.
Dicha campaña ha sido liderada de forma muy significativa por Iberdrola, una de las grandes compañías eléctricas que primero se unió al cambio del modelo energético y cuyo discurso oficial durante varios años ha sido a favor de las tecnologías renovables. Pese a ser una de las empresas de UNESA con más porcentaje de energía renovable, casi en exclusiva eólica, es la que públicamente más ataca a las energías renovables en su conjunto, sobre todo a la tecnología termosolar, y consigue que las decisiones del Gobierno sean favorables a su planteamiento. De un tiempo a esta parte, aunque su publicidad sigue impregnada de los valores positivos de las renovables, desarrolla una gran presión contra ellas, cayendo en numerosas contradicciones.

Por ello, con la elaboración de este informe, Greenpeace quiere sacar a la luz las razones de esta contradicción y señalar dónde está el verdadero negocio de Iberdrola , así como cuáles son los intereses que esconde tras este ataque a las renovables.

El informe revela las verdaderas razones por las que Iberdrola está actuando contra las energías renovables. Comprueba cuál es su verdadero negocio dentro del sector de la energía, los activos de la compañía, sus beneficios reales y su capacidad de influencia, tanto en la opinión pública como en la clase política que finalmente legisla a su favor. Desglosa el conjunto de leyes a medida que Iberdrola ha logrado gracias a estas influencias y plantea las demandas de Greenpeace, tanto a la empresa como al Gobierno, para que España vuelva a ser líder en el desarrollo de energías renovables y se encamine hacia un modelo energético eficiente, inteligente y 100% renovable.

El informe analiza el periodo 2005 a 2012 y para la elaboración del informe Greenpeace ha empleado fundamentalmente la información que facilita la propia compañía Iberdrola en su página web (www.iberdrola.es) así como sus informes anuales y las notas de prensa de la compañía. Las otras fuentes de información esenciales del estudio son UNESA, la patronal a la que pertenece Iberdrola, la Comisión Nacional de Energía (CNE) y Red Eléctrica de España (REE)

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