El gobierno incrementa un 41% su apuesta renovable en su actualización del PNIEC

El Gobierno sigue sin apostar por la electrificación de la demanda y no establece estrategias ni medidas de control para garantizar que se cumple el objetivo de una cuota eléctrica renovable del 81%.

La actualización final del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), aprobada de manera definitiva este martes por el Gobierno, refrenda la apuesta por la energía renovable y eleva un 41% respecto al plan de 2020 la potencia renovable en el mix para 2030. Por primera vez se plantea un objetivo de electrificación de la economía, tal y como propuso la Fundación Renovables, y se establece una tasa del 32% para finales de década. Actualmente el porcentaje de electrificación ronda entre el 24% y el 25%.

No obstante, la publicación del PNIEC apenas atiende las demandas de la sociedad civil y de los sectores involucrados en la transición, a pesar de haber tardado más de un año en actualizar el borrador. Es relevante señalar, además, que se han incluido cambios a la baja en objetivos importantes como el porcentaje de renovables en el sector transporte, que pasa del 28% al 25%; la penetración de los e-fuels y nuevos combustibles renovables, que pasan del 17% al 11%; o el porcentaje de dependencia energética respecto al exterior, que lejos de reducirse, pasa de un 50% a un 51%, en comparación con el primer borrador.

El Gobierno eleva, respecto al documento de 2020, la meta de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 de un 23% a un 32%. Sin embargo, esta es una cifra insuficiente y alejada de la realidad europea, ya que Bruselas plantea alcanzar, para finales de década, un recorte del 55% de las emisiones, como también proponemos desde la Fundación Renovables.

Asimismo, el documento mantiene el compromiso de alcanzar una cuota del 81% en la generación eléctrica de renovables para 2030. El objetivo está en el camino de lo necesario para electrificar y descarbonizar la economía del país, sin embargo, no hay una estrategia definida ni medidas de control que garanticen que España va a conseguir alcanzar ese porcentaje en plazo. Esto plantea dudas sobre el objetivo de llegar a sumar un 100% de generación eléctrica renovable antes de 2040.

Desde Fundación Renovables consideramos que la Administración debe elevar su esfuerzo a la hora de priorizar actuaciones por el lado de la demanda, además de adaptar el mercado y el funcionamiento del sistema a una oferta 100% renovable. Es necesario que esta estrategia, clave para la transición energética española, aumente el grado de concreción de sus medidas y plasme compromisos numéricos en un calendario anualizado hasta 2030. Además, para conseguir que los objetivos se cumplen, es necesario crear una oficina de seguimiento y control de carácter independiente y que implique a los actores sociales.

Por otro lado, en paralelo al PNIEC y los objetivos de despliegue de renovables, es preciso que se elabore un plan de actuación, información y concienciación destinado atajar los problemas de aceptación social y de lucha contra la pobreza energética. No en vano, también urge que el Gobierno trabaje para establecer zonas de aceleración, donde las tecnologías renovables puedan instalarse con la menor afección social y ambiental posible.

En la línea de actuaciones a concretar, el PNIEC debe alinearse con el cambio de modelo energético que está por llegar a Europa y que el propio Mario Draghi respaldó en su informe de septiembre. Y es que, con los precios bajos que ya traen la expansión de las renovables deben entenderse como una oportunidad para cambar el modelo de oferta, pero también el de la gestionabilidad de la demanda, haciendo que los ciudadanos adquieran un rol participativo en el funcionamiento del sistema energético.

Por otro lado, el PNIEC mantiene los objetivos de despliegue de hidrógeno verde establecidos en la hoja de ruta del hidrógeno y desoye las advertencias de los expertos. Tanto es así, que el propio Tribunal de Cuentas de la UE comunicó en el mes de julio que las inversiones previstas para esta tecnología no se estaban basando en un análisis sólido ni realista. Desde Fundación Renovables ya hemos denunciado el riesgo que supone sobrefinanciar la producción de hidrógeno y consideramos que esta fuente de energía debe utilizarse únicamente allí dónde la electrificación no puede llegar, es decir, producción industrial y transporte pesado. Es incomprensible que el nuevo plan contemple grandes inversiones en esta fuente de energía y que Enagás, gestor técnico del sistema de gas de España, esté más cerca de la especulación que de la realidad tecnológica del mercado.

«Es una buena noticia que España aumente el peso de las renovables en el mix energético y que haya elevado los compromisos de reducción de emisiones. Sin embargo, es necesario que se actúe desde la gestión de la demanda y que se establezca un objetivo de electrificación de la economía. Al PNIEC le falta, no sólo herramientas de control y seguimiento, sino también una perspectiva social que garantice que la energía es un derecho», apunta Fernando Ferrando, presidente de Fundación Renovables.