La Fundación Renovables considera necesarias las medidas anunciadas por el Gobierno y apuesta por la necesidad de sumar a todas las fuerzas políticas para alcanzar un pacto político en materia energética
Reclama una reforma global que asuma los cambios profundos y sea de largo alcance que es lo que requiere un sistema dependiente e ineficiente como el nuestro.
La Fundación Renovables valora como necesarias las medidas del gobierno para paliar los efectos de la inflación provocada por la guerra de Ucrania y la crisis energética en la que nos hayamos sumidos, presentadas en el debate del Estado de la Nación que ha tenido lugar esta semana.
Sin duda, la medida más relevante es la creación del impuesto excepcional a las grandes empresas energéticas, que no han dejado de aumentar sus beneficios durante toda la crisis como repetidas veces hemos denunciado desde la Fundación Renovables. De este modo, el gobierno pretende recaudar durante los dos próximos años unos 7.000 M€ con las medidas para el sector energético y el financiero. Pero, no debemos de olvidar que la creación de estos impuestos se debe a que las normas aprobadas anteriormente no han conseguidos los objetivos y resultados que se habían previsto.
Desde la Fundación Renovables valoramos el nuevo impuesto a las grandes compañías energéticas como un paso esperado para que los beneficios caídos del cielo se redistribuyan entre la sociedad y reclamamos que la mayor recaudación impositiva sea finalista para los consumidores.
Seguimos reclamando una reforma profunda del sistema eléctrico y la eliminación del modelo marginalista del mercado mayorista de la electricidad, pues es la única solución realista, a largo plazo, que reflejará los costes reales de cada una de las tecnologías, así como una reforma del sistema fiscal en la que se ponga en valor la fiscalidad activa que grave aquello que queremos sustituir, como los combustibles fósiles, y favorezca lo que queremos apoyar como la electricidad de origen renovable, la eficiencia y el ahorro. De esta forma, se asegurará, por un lado, un consumo energético vital y, por otro, que sea progresivo en precio, siempre desde la transparencia en la formación de precios. Esto permitirá a la sociedad aprender, comprender, entender y modificar la forma de relacionarse con la energía.
Otra de las medidas anunciadas fue la gratuidad de todos los abonos de varios viajes para trenes de cercanías, rodalíes y de media distancia. Esta medida se suma a la apuesta que realizó el gobierno hace un par de semanas, cuando anunció distintas bonificaciones a otros medios de transporte como autobuses y metro, con el objetivo de traspasar usuarios de vehículos privados al transporte público. Este tipo de actuaciones, propuestas desde sus inicios por la Fundacion Renovables, frente al descuento indiscriminado de los combustibles fósiles, ya se están realizando en otros países europeos con resultados positivos, como el caso de Alemania.
Desde la Fundación Renovables apoyamos la medida y esperamos que vaya acompañada de un refuerzo estructural del transporte público. No hay que olvidar que la flota de trenes de Renfe no se ha incrementado en más de 10 años y que el déficit de personal está provocando el cierre de trayectos regionales. Apostamos por el tren como eje transversal de una movilidad sostenible y, por tanto, por la puesta en marcha de inversiones en la electrificación 100% del ferrocarril y la mejora de trenes. Debemos destacar que se trata de un servicio que presta una empresa de servicio público a los viajeros para que disminuya la fragmentación territorial por lo que son medidas que deberían tenerse en cuenta junto con la apuesta por el transporte público.
El despliegue del autoconsumo en edificios públicos, con un presupuesto de 200 M€, es una herramienta necesaria para alcanzar los objetivos europeos de descarbonización, pero, sobre todo, para conseguir, como país, una autonomía energética cada vez más diversificada. Desde la Fundación Renovables aplaudimos la medida, sobre todo si los excedentes de la electricidad generada en las instalaciones de autoconsumo de los edificios públicos se redistribuyen a la ciudadanía con la creación de comunidades energéticas. Con esto estaremos democratizando el sistema, poniendo al ciudadano en el centro y fomentando una transición hacia una generación distribuida.
Apostamos, por tanto, por la necesidad de un cambio profundo basado en el ahorro, la eficiencia y las energías renovables no solo por los efectos de la invasión de Ucrania y por las tensiones en el suministro energético que ha originado, sino porque, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra, siempre han sido la única solución para alcanzar un sistema energético sostenible. Confiamos que el desarrollo final de las propuestas realizadas sea efectivo y no se conviertan en meros elementos de declaración política.
Estamos inmersos en una gran crisis energética y en la necesidad de luchar contra el cambio climático. Desde la Fundación consideramos que es el momento de sumar entre todos para alcanzar un pacto energético a nivel nacional y no utilizar la energía como elemento de confrontación política. Tiempo habrá para analizar la efectividad de las medidas.