El déficit de tarifa no se soluciona poniendo parches ni atacando a los inocentes productores fotovotaicos.

CIU señala que España, como energías primarias, solo cuenta con el sol, el agua, el viento y estas tecnologías se están viendo claramente perjudicadas con las medidas adoptadas por el Gobierno hasta ahora.

Antoni Picó i Azanza, Diputado por Barcelona, G.P. Catalán (CiU) ( GC-CiU ) ha defendido en el Pleno del Congreso de los Diputados con ocasión de la enésima reforma energética que está gestando el Ministro Soria, después de más de diez cambios regulatorios en quinientos días, lo siguiente:

1º Que es necesario fomentar y desarrollar el balance neto para favorecer la penetración de las energías renovables y la generación eléctrica distribuida, así como una apuesta decidida por las renovables y la búsqueda de más y mayor ahorro y eficiencia energética.

2º Que es necesario adoptar medidas para evitar la pobreza energética que en muchos casos están sufriendo los ciudadanos.

3º Que el principal objetivo del Ejecutivo hasta ahora —no poco importante— ha sido solucionar el problema del déficit del sistema eléctrico.

Pero esto no pasa por ir regulando en base a parches ni por extender un crédito extraordinario con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, como aprobó la semana pasada la Cámara, sino que la solución a este problema tiene que formar parte de una reforma del sistema eléctrico.

No podemos permitirnos seguir estancados en materia energética porque el coste de este estancamiento repercute no solo sobre las generaciones presentes sino que también repercutirá sobre las futuras. Por ello, es necesario que pensemos en clave de futuro y que hagamos frente a los problemas estructurales y de planificación del sistema energético. Tenemos un sistema con una importante dependencia en términos de energías primarias externas. El Estado español presenta entre unos 20 y 25 puntos porcentuales más de dependencia que la media europea, importa el cien por cien del petróleo que consume y un 70 % del carbón. De hecho, como energías primarias solo contamos con el sol, el agua, el viento y estas tecnologías se están viendo claramente perjudicadas con las medidas adoptadas por el Gobierno hasta ahora. También en términos estructurales la situación geográfica de España que no se encuentra en el centro del mercado europeo  requiere de más y mejores interconexiones, pues seguimos siendo el país de la Unión Europea con menos interconexiones internacionales, y nada se está haciendo al respecto a pesar de los compromisos europeos que asumimos cada vez más. No estamos pensando, creo, en medidas a medio y largo plazo. Antes de decidir qué medidas concretas tiene que adoptar el Gobierno para reducir el déficit tarifario eléctrico y cómo lidiar con los retos a corto plazo, el Ejecutivo debe tener claro cuál es el modelo de futuro del sistema energético español y qué puede hacerse para afrontar problemas estructurales y de planificación del sistema energético. Pensemos qué queremos y cómo queremos llegar. Esto es lo que falta en el debate sobre el sistema energético. 

Debemos pensar en el medio y el largo plazo y asumir muchos de los planteamientos, por ejemplo, que fueron propuestos en la anterior legislatura por la subcomisión de análisis de la estrategia energética española para los próximos veinticinco años o la moción fruto de la interpelación que presentó mi grupo parlamentario, recientemente en el Pleno, y que planteaba temas estructurales y un horizonte suficiente para dar estabilidad y seguridad al sistema.

4º Que en su día se aprobó que el Gobierno presentaría una estrategia energética 2012-2050 que además de fomentar el ahorro y la eficiencia energética, redujera la dependencia energética y asegurara el suministro.

Ello conllevaría presentar un plan estratégico 2012-2020 en el marco de esa estrategia y de los objetivos y compromisos asumidos en el marco de la Unión Europea que proporcione un marco regulatorio estable, que garantice la contribución de la política energética a la reducción de las emisiones de CO2, así como la competencia y la permanente innovación en el mercado eléctrico y la gestión responsable de la demanda de electricidad. 

5º Que ya es tarte auditar el déficit de tarifa. Es tarde porque no es el momento de auditorías, es el momento de decisiones políticas para erradicar definitivamente problemas estructurales de nuestro sistema energético.


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