Aplicación y actualización del software del mercado interior de la energía.
Para establecer la Unión de la Energía, debe concederse la máxima prioridad a la plena ejecución y al control estricto de la aplicación de legislación vigente en materia de energía y ámbitos conexos.
No tiene sentido desarrollar nuevas políticas y planteamientos sobre bases débiles.
La Comisión utilizará todos los instrumentos políticos disponibles a este respecto e insistirá en que los Estados miembros apliquen plenamente y hagan cumplir el tercer paquete del mercado interior de la energía, en particular en lo que se refiere a la separación y a la independencia de los reguladores. Deben cumplirse determinadas condiciones ex ante de manera que los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos puedan utilizarse para cofinanciar inversiones en el sector energético. Ello contribuirá a garantizar el respeto de la legislación de la UE en materia de energía.
El control estricto de la aplicación de las normas del Tratado en materia de competencia contribuirá a evitar que las empresas distorsionen el mercado interior de la energía. El control de la aplicación de la normativa de defensa de la competencia permitirá que la energía fluya libremente, eliminando las restricciones territoriales en los contratos de suministro y abordando las cuestiones relativas a la exclusión de los mercados ascendentes y descendentes y de las redes (interconectores incluidos). Asimismo, la Comisión evaluará —mediante el control de la aplicación del Derecho de competencia— la evolución y formación de los precios de la energía.
Un mercado interior de la energía que funcione adecuadamente requiere un marco reglamentario eficaz. El tercer paquete sobre el mercado interior de la energía establece organismos para garantizar la cooperación entre los gestores de redes de transporte y los reguladores. El funcionamiento de esos organismos se reforzará en el contexto del debate sobre el diseño del mercado. Hoy por hoy, las decisiones adoptadas en esos organismos siguen reflejando las posiciones nacionales.
La gestión de la red de transporte tendrá que ser mucho más integrada para hacer frente a los retos de la transformación del sistema energético. Las Redes Europeas de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad y Gas (REGRT-E/G), creadas también en el marco del tercer paquete del mercado interior de la energía, deben actualizarse para que puedan cumplir esa función. Deben crearse centros operativos regionales, de manera que puedan planificar y gestionar de forma efectiva los flujos transfronterizos de gas y electricidad.
La Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) se estableció en el ámbito del tercer paquete del mercado interior de la energía para ayudar a los reguladores nacionales, en particular en cuestiones transfronterizas. No obstante, la ACER en la actualidad actúa fundamentalmente por medio de recomendaciones y dictámenes. Sus derechos en materia de toma de decisiones son muy limitados, por ejemplo, solo puede tomar decisiones a petición de los reguladores nacionales o si estos no adoptan una decisión en un plazo determinado. Es preciso fortalecer el reglamento del mercado único a nivel de la UE mediante un refuerzo significativo de los poderes y la independencia de la ACER para asumir funciones reglamentarias a nivel europeo, a fin de que pueda vigilar eficazmente el desarrollo del mercado interior de la energía y las normas de mercado conexas, y hacer frente a todas las cuestiones transfronterizas necesarias para crear un mercado interior homogéneo.
El tercer paquete del mercado interior de la energía preveía asimismo la adopción de códigos de red a fin de que contribuyeran a armonizar el flujo de electricidad y gas entre diferentes redes de transporte. Este trabajo debe completarse para garantizar un mejor funcionamiento de los mercados transfronterizos de la energía.
La integración de los mercados de producción de electricidad renovable exige mercados flexibles, tanto del lado de la oferta como del lado de la demanda, dentro y fuera de las fronteras de un Estado miembro. Por tanto, las redes de electricidad deben evolucionar de forma significativa. Es necesario ampliar las posibilidades de la producción distribuida y la gestión de la demanda, incluidos los mercados intradiarios, para desarrollar nuevas conexiones de alta tensión a larga distancia (superredes) y nuevas tecnologías de almacenamiento.
La Comisión va a preparar una propuesta legislativa ambiciosa para rediseñar el mercado de la electricidad, enlazando el mercado mayorista y el minorista. De este modo aumentará la seguridad del suministro y se garantizará un mercado de la electricidad más adaptado a la transición energética, lo que traerá consigo multitud de nuevos productores, sobre todo de fuentes de energías renovables, y permitirá la plena participación de los consumidores en el mercado, en particular a través de la respuesta a la demanda. Una mayor integración, también a nivel regional, el aumento del comercio transfronterizo y el desarrollo de mercados a corto y largo plazo con una formación de precios efectiva enviarán las señales de inversión adecuadas y proporcionarán la flexibilidad necesaria para que puedan integrarse en el mercado nuevas fuentes de producción.
Un mercado interior de la energía plenamente operativo, que envíe señales de inversión eficientes, es la mejor manera de reducir la necesidad de mecanismos de capacidad. La Comisión ya ha establecido orientaciones18 y normas para limitar los efectos negativos de intervenciones públicas mal diseñadas, fragmentadas y descoordinadas. No obstante, la aplicación efectiva de esas orientaciones solo puede constituir un primer paso para garantizar que las diferentes disposiciones acordadas en los mercados nacionales, como los mecanismos de capacidad y los planes descoordinados de apoyo a las energías renovables, sean más compatibles con el mercado interior. Aunque en algunos casos resulten necesarias y justificadas para hacer frente a las deficiencias del mercado, algunas formas de intervención pública han tenido un gran impacto negativo en el funcionamiento eficaz del mercado interior de la energía. La Comisión colaborará con los Estados miembros para garantizar que los mecanismos de capacidad y de apoyo a la electricidad procedente de fuentes de energía renovables sean plenamente conformes con las normas vigentes y no distorsionen el mercado interior de la energía. Las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente deben eliminarse por completo. La reforma del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión también desempeñará un papel importante al enviar las señales de inversión oportunas.
Por último, la Comisión garantizará una mayor transparencia en la composición de los costes y precios de la energía mediante el seguimiento y la presentación de informes periódicos y detallados, en particular sobre el impacto de los costes y precios de la energía en la competitividad. Se prestará especial atención a las intervenciones públicas, como las tarifas reguladas, las políticas de fiscalidad de la energía y el nivel de ayudas públicas, así como a su impacto en los mecanismos de fijación de precios, incluido el déficit de tarifa eléctrica.