La termosolar contribuyó a la economía con más de 2.600 millones de euros en 2012, frente a los 927 millones recibidos en primas.

Además, permitió ahorros de 280 millones de euros en la importación de combustibles, derechos de emisión y subsidios de desempleo

La actividad del sector termosolar sigue registrando un saldo  positivo en la balanza de contribución a la economía española, frente a los incentivos recibidos y pese a la acumulación de duros recortes a su remuneración regulados en los últimos meses. En 2012, el sector aportó 2.607 millones de euros en concepto de contribución al PIB (Producto Interior Bruto) e impuestos, frente a los 927 millones de euros recibidos en primas.  

Estas cifras se desprenden del último Informe del Impacto Macroeconómico del Sector de Energía Solar Termoeléctrica 2012, elaborado por la asociación Protermosolar, que toma como referencia variables asociadas a la actividad del conjunto de centrales en operación o fase de construcción durante el pasado ejercicio.

El estudio detalla otras contribuciones de los proyectos termosolares: hasta un total de 280 millones de euros en concepto de ahorros en la importación de combustibles, derechos de emisión y subsidios de desempleo evitados.

En 2012, la actividad termosolar alcanzó una potencia instalada acumulada de 1.970 MW en España, con una producción de energía de 3.432 GWh.

Las empresas con proyectos termosolares mantuvieron durante el ejercicio un total de 17.816 empleos.  El informe de Protermosolar estima la necesidad de 2.214 hombres/año para la construcción de una central termosolar con almacenamiento, durante todas sus fases desde el diseño y la fabricación de equipos a la instalación.   

En 2012, las empresas termosolares destinaron 49 millones de euros a inversión en I+D.

La industria de energía solar termoeléctrica constituye una oportunidad estratégica en España, no sólo por su posición de liderazgo internacional y la tendencia progresiva hacia un sistema de generación eléctrica libre de emisiones, sino por su determinante contribución a la seguridad de suministro energético, estabilidad de los precios del pool, atracción de capital extranjero y capacidad de reconversión del tejido industrial tradicional hacia otras actividades de futuro en muchas regiones españolas.