El cobre, un buen amigo del medio ambiente.

El cobre usado eficientemente reduce las emisiones de CO2, por ello, se está tratando de mejorar su eficiencia, ya que es un material que tiene multiplicidad de usos y respeta el medio ambiente.

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El aumento de la población a nivel mundial conlleva un aumento en la demanda de energía.  De hecho, un estudio de la Agencia Internacional de la Energía estima que para el año 2030 el aumento de energía aumentará más de un 50% sobre los niveles actuales.

Por eso, es imprescindible que, además, de buscar fuentes energías que sean respetuosas con el medio ambiente, se busquen materiales que también lo sean. Este es el caso del cobre, donde se está intentando mejorar su eficiencia, y de esta manera, disminuir las emisiones de CO2 que se derivan de él.

Y es que el cobre es un material reciclable 100%, esto quiere decir que puede reciclase una  y otra vez manteniendo sus propiedades y su óptimo rendimiento, por lo que es un material idóneo para ser utilizado porque respeta el medio ambiente. Además, es un material que tiene una excelente conductividad eléctrica y térmica, que solo es superada por los metales preciosos, y presenta la posibilidad de maximizar su eficiencia y el ahorro en su generación, transmisión, distribución y uso de la energía.

Un estudio del Instituto Europeo del Cobre afirma que al optimizar la cantidad de cobre en aplicaciones eléctricas, especialmente en aquellas que más energía consumen, se pueden reducir las pérdidas de energía significativamente, hasta en un 70%, mediante el aumento de la cantidad de cobre.

También comenta este estudio que con el cobre se mejora de manera importante el rendimiento en motores eléctricos y transformadores, como los que se pueden encontrar en los aparatos electrodomésticos y en las plantas industriales. Esto mismo ocurre en las tecnologías que usan energías renovables, como los calentadores solares. Esto sucede porque los equipos fabricados con cableado de cobre disipan menos energía aumentando con ello significativamente su eficiencia energética.

Y es que según datos que ha publicado el Centro Español de Información del Cobre, “Está estimado que cada tonelada de cobre utilizada en mejorar la eficiencia energética, evita la emisión de 200 toneladas de CO2 a la atmósfera”.