Los consumidores deberían tener más información sobre su consumo energético.

La mejora de la eficiencia energética guarda una estrecha relación con el suministro de información a los consumidores sobre su consumo energético.

Como todos sabemos una de las líneas fundamentales de la política energética es el consumidor, que debe de ser cada vez más protagonista en la medida que demanda cada vez más información y más capacidad para gestionar su consumo.

El consumidor ha de disponer de una información que es vital para tomar determinadas decisiones a la hora de contratar la energía.

El pasado día 30 de noviembre de 2016 la Comisión Europea presentó el paquete de energía y clima para el periodo 2020-2030 y precisamente de aquí se derivó una serie de propuestas normativas, una directiva sobre reglas comunes para un mercado interior de electricidad.

La propuesta que modificaba la actual directiva tenía entre sus objetivos incrementar el poder de los consumidores y, por tanto, también contemplaba la sustitución de los contadores analógicos por unos contadores que fuesen más sofisticados y que proporcionasen una mayor información.

Es muy importante también destacar que por su parte también resultaba de aplicación la normativa general en materia de seguridad y de la protección de datos personales de los usuarios.

Las compañías de distribución eléctrica y comercializadoras están realizando este cambio de los contadores analógicos por otros contadores telegestionados o digitales de todos sus clientes de una manera progresiva.

Estos contadores son mucho más avanzados, proporcionan información de manera instantánea a las compañías eléctricas sobre distintos aspectos y sobre el consumo energético de sus clientes. Información que no siempre se traslada a los consumidores. Alguna de las prestaciones de estos contadores son la incorporación de un interruptor limitador de potencia, el envío de tablas tarifarias, la actuación de un interruptor interno y, lo más importante, también informan sobre la potencia máxima.

La implantación de estos nuevos contadores respondió al cumplimiento de la obligación legal a todas las distribuidoras eléctricas y de acuerdo con los planes presentados y aprobados por el anterior Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, así como planes aprobados también en algunas comunidades autónomas.

El coste de estos nuevos contadores es habitualmente soportado por los consumidores en régimen de alquiler mensual que se paga a las empresas eléctricas, pero finalmente es soportado por estos consumidores, aunque a veces tienen también la posibilidad de adquirirlos los propios consumidores.

De acuerdo con los datos proporcionados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en España se están instalando un total de 30 millones de contadores inteligentes. El contador, como mencionaba anteriormente, transmite información muy importante que en este momento reciben solamente las compañías, pero que también sería vital para el consumidor, pues le aportaría multitud de ventajas como una mejor planificación en el consumo diario, un mejor control de sus consumos residuales o una definición precisa de la posible potencia contratada, lo que contribuiría de manera notable a una mejor eficiencia energética y ahorro en la factura de estos consumidores.

En la actualidad si bien las empresas eléctricas disponen de multitud de información acerca del consumo eléctrico de los consumidores y aunque es cierto que algunas compañías eléctricas hemos podido comprobar que facilitan o proporcionan esta información a los consumidores, también es cierto que hay muchas de ellas que no lo facilitan en la actualidad. Además la propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia considera que los sistemas de medición inteligente de estos contadores que se están implantando progresivamente deberían de disponer de dispositivos adicionales para proporcionar información directamente al cliente, más allá de los propios visores que tienen en la actualidad y que están incluidos por defecto en el aparato, en el contador.

En cualquier caso, se hace necesaria una comunicación para que los consumidores sean conscientes de las posibilidades que tienen. No olvidemos que esta información accesible de una forma ágil y clara contribuiría sin duda a una mejora de la eficiencia energética y a una mejora en la toma de decisiones del propio consumidor.