Con el enorme potencial surgido en la inclusión de la energía fotovoltaica en la envolvente (BIPV) de una vivienda o un edificio, tanto las cubiertas como las fachadas se han convertido en posibles espacios para la instalación solar fotovoltaica.
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Lo que Australia y Texas hicieron tras el apagón debería servirnos de referencia. Y no, no frenaron las renovables.
Esta innovación creada por la científica polaca Olga Malinkiewicz, podría transformar por completo cómo generamos, distribuimos y usamos la energía solar en el mundo.