Las energías renovables aumentaron su participación en el conjunto de fuentes que utilizamos en Canarias para producir nuestra energía en casi un 6 % y cubrieron el 16,4 % de la demanda del archipiélago, 16,1% en el caso de Gran Canaria.
Hace una década, Jeremy Rifkins, uno de los mayores expertos del mundo en transición energética, calificó a Canarias como la “Arabia Saudí de las energías renovables” para señalar la extraordinaria abundancia y diversidad de fuentes de energías limpias que concentra nuestro archipiélago. Pese a ello, Canarias ha estado durante mucho tiempo a la cola de la generación de energías limpias, circunstancia que ha comenzado a cambiar, como demuestran los datos de 2019 aportados por Red Eléctrica.
Si nos centramos solo en la energía eólica el dato es espectacular ya que el año pasado la generación de este tipo de energía aumentó en un 83%, generando casi el 13% del total de la electricidad consumida en las islas. No obstante, pese a los buenos datos aún estamos lejos del objetivo del 42% de energías renovables que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), aprobado por el Gobierno de España el pasado año, establece como objetivo para el año 2030.
Por ese motivo, y pese a no tener competencias específicas en materia energética, en 2015 el gobierno de progreso del Cabildo de Gran Canaria creó el Consejo Insular de la Energía para dar un impulso sin precedentes a la transformación del modelo energético de la isla. El proyecto se sustenta en 4 pilares: la construcción de parques eólicos y fotovoltaicos públicos; el plan Renovagua para desalar y depurar agua utilizando energías limpias; el fomento del autoconsumo tanto en instalaciones propias como por parte de particulares, pymes y entidades sin ánimo de lucro a través de subvenciones y la Central Hidroeléctrica de Gran Canaria, como infraestructura estratégica de almacenamiento, que nos permitirá cumplir con los objetivos establecidos. Por supuesto, a estos pilares se les une un eje transversal como es el del ahorro y la eficiencia.
El trabajo que iniciamos en 2015 está dando sus resultados y hace unas semanas pudimos presentar los 66 millones de euros de inversión que nos permitirán producir la energía suficiente para cubrir el 75 por ciento del consumo de las instalaciones del Cabildo en toda la isla de manera renovable. Vamos a instalar una potencia que rozará los 39 megavatios para generar 98 gigavatios hora al año, el equivalente a la energía que consumen más de 28.100 hogares, dejar de verter a la atmósfera más de 76.000 toneladas de CO2 y dejar de quemar más de 28.200 toneladas de petróleo.
Dentro de los complejos de generación renovable de titularidad pública destaca la primera planta fotovoltaica sobre un vaso de vertido de Canarias y la primera de España de sus características, que acaba de salir a información pública y que estará situada en el Ecoparque Sur. He de señalar que este Ecoparque y el Ecoparque Norte, eran antiguos vertederos y se están convirtiendo en centros de innovación y economía circular, que de hecho ya son autosostenibles energéticamente con una producción de biogás procedente de lodos y otros residuos de 4 MW de potencia que producen los 16 gigavatios hora que necesitan al año e incluso les sobra para verter a la red.
El Ecoparque de Juan Grande es también el lugar en el que se va a desarrollar la inversión más importante de las previstas con dos parques eólicos y dos fotovoltaicos en los que se invertirán 29 de los 66 millones de euros. Además, la planta fotovoltaica que se ubicará sobre el vaso de vertido de Juan Grande es la primera en el país en un sellado (es decir después de haber dejado de utilizar y haber tapado el vaso de vertido) de apenas cuatro años y también es la primera por su tamaño, ya que será de 2 megavatios de potencia. A medida que el asentamiento del vaso lo permita, se incrementarán los megavatios hasta alcanzar el objetivo final de 10. En total, todas las inversiones proyectadas en este espacio generarán el equivalente a la demanda anual de 11.500 hogares y ahorrará a la atmósfera más de 31.200 toneladas de CO2, lo que supone dejar de quemar 11.600 toneladas de petróleo. También se tramita en estos momentos la instalación de un aerogenerador de 1MW en La Pasadilla.
Una de las principales ventajas de las energías renovables es su potencialidad para democratizar el sistema energético, permitiendo que la energía se produzca en el mismo lugar en el que va a ser utilizada por el consumidor final. Esto es más eficiente y además permite un reparto de los beneficios de la generación energética entre instituciones públicas, particulares y empresas.
En este sentido el autoconsumo se convierte en una herramienta fundamental del nuevo modelo energético. Además del biogás anteriormente reseñado, que ha permitido la autosuficiencia energética de los ecoparques insulares, ya hemos ejecutado dos plantas fotovoltaicas -una en el aparcamiento de la sede del Cabildo en Pérez Galdós y otra en el de Infecar- y están en licitación las de las cubiertas de la Casa Palacio, el Edificio de Cristal y los edificio Incube, Pasarela y la SPEGC. Superaremos los 8MW.
Además, están proyectadas las placas solares del Centro Sociosanitario de Taliarte, las del Teatro Cuyás, el Centro Insular de Deportes, la Cueva Pintada, El Sabinal, el Museo de Bellas Artes de San Martín, los pabellones 6 y 7 de Infecar, y las del nuevo Centro de Producción Audiovisual de Gran Canaria que esperamos que entre en funcionamiento en el primer semestre de 2021.
También hemos puesto en marcha subvenciones para el autoconsumo de particulares, pymes y entidades sin ánimo de lucro que han sido un rotundo éxito. En las dos primeras convocatorias se concedieron 218 subvenciones. Se han apoyado 350 kW y en total se han instalado 595 kW. Se ha evitado la emisión de 702 toneladas de CO2 a la atmósfera. La inversión total que se ha logrado impulsar es de 1.407.000 €. Es más, en la tercera convocatoria hemos tenido que ampliar el presupuesto previsto para alcanzar los 320.000 euros y poder cubrir todas las solicitudes.
Por otro lado, este año, conscientes de la importancia del autoconsumo eléctrico y de la eficiencia energética en la gestión empresarial, también hemos puesto en marcha la primera convocatoria de subvenciones por un montante de 150.000 € para el fomento de instalaciones de energía solar fotovoltaica en microempresas, pequeñas empresas (hasta 50 trabajadores y 10 millones de € de facturación) así como entidades sin ánimo de lucro.
El Plan Estratégico del Sector Primario de Gran Canaria contempla el fomento de las energías limpias en el sector. En estos momentos se han destinado subvenciones por casi un millón de euros para el autoconsumo en cofradías y cooperativas de pescadores y explotaciones agrícolas y ganaderas.
También desde el Plan de Cooperación con los municipios y mancomunidades se ha financiado la instalación de 1 MW de energías renovables a los ayuntamientos de la isla.
Si tenemos en cuenta todos los procesos necesarios para obtener agua, comprobamos que suponen entre el 15 y el 20% del consumo energético total de nuestro territorio, por lo que la correcta gestión del binomio agua-energía es un elemento fundamental para la transición ecológica. Por eso, desde 2016 estamos ejecutando el plan Renovagua, dotado con 18 millones de euros para producir 10 megavatios de renovables y reducir la dependencia energética y económica de las plantas de desalación y depuración del Consejo Insular de Aguas de los combustibles fósiles.
Queremos disminuir en un 40 % el uso de energías convencionales en la producción y distribución de agua, dejar de emitir 17.000 toneladas de CO2 a la atmósfera y dejar de importar y consumir 4.670 toneladas de petróleo.
Como colofón de la política pública insular de transición energética se erige la Central Hidroeléctrica de Gran Canaria, de la que ya he hablado en múltiples ocasiones. Se trata de una infraestructura estratégica que permitirá almacenar el excedente de energías solar y eólica en forma de agua en la presa de Chira para que pueda ser utilizada cuando sea necesaria a través de un salto a la presa de Soria. Se alimentará del agua producida en una desaladora de Arguineguín y nos permitirá bombear agua a cota 900 para luchar contra la sequía y desarrollar el sector primario.
Su importancia reside en que las principales energías renovables que estamos introduciendo en nuestro sistema, la solar y la eólica, son “no gestionables”. Esto quiere decir que no gestionamos su producción porque no sabemos cuándo va a haber viento o sol y puede que los momentos de mayor producción no coincidan con los momentos de mayor demanda y viceversa. Eso nos obliga a dotarnos de dispositivos de almacenamiento de energía a gran escala y hoy en día las centrales hidroeléctricas son las más sostenibles y baratas, especialmente en nuestro caso ya que aprovechamos una infraestructura preexistente como las presas.
Sus 200 megavatios de almacenamiento permitirían una penetración de energías limpias de entre un 51% y un 70%, estabilizando el sistema e impidiendo ceros energéticos como el que recientemente se dio en Tenerife. Su capacidad para permitirnos gestionar la inclusión a gran escala de energías renovables en nuestro sistema y el agua que nos permitirá bombear a la cumbre y medianías hacen de la Central Hidroeléctrica de Gran Canaria una herramienta imprescindible para luchar contra el cambio climático.
En un momento de crisis como el actual, cuando hay miles de familias canarias pasándolo mal y nuestra principal actividad, el turismo, está prácticamente parada por tiempo indefinido, es complicado mirar al futuro con optimismo. Pero la revolución renovable que ya ha comenzado en Gran Canaria es imparable, junto con la soberanía hídrica y la alimentaria pueden transformar nuestra economía y evitar que las crisis futuras nos afecten de una manera tan dura.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria
Informe sobre la evolución y situación a septiembre de 2020: en Catalunya existían 6.377 instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en servicio, con una potencia total instalada de 68,57 MW.
ANPIER pide una solución para resolver la situación que soportan los productores fotovoltaicos de Canarias y Baleares, que deben afrontar el pago mensual de las financiaciones de sus plantas de generación con recursos propios.
Destinados a empresas y edificios residenciales y cofinanciadas con una tasa del 85%, dentro del Fondo Europeo de Desarrollo Regional -FEDER-.