El sector hotelero está englobado dentro del sector de Servicios, el cual representó, en el año 2.013, un 8,4 % de la demanda de energía final en toda España.
Dentro del sector de servicios, la industria hotelera representó, en el año 2013, aproximadamente un 7% de la energía total consumida por el sector. Si se desglosa el consumo global del sector, entre la energía eléctrica y la energía térmica, se observa que la industria hotelera representó alrededor de un 4% del consumo eléctrico, y alrededor de un 18% del consumo de la energía térmica.
Por otra parte, la distribución del consumo energético, entre energía eléctrica y energía térmica, demandada por un hotel, depende de varios factores: del tipo de hotel, de su situación, categoría, los servicios que ofrece, etc.
Otro factor que influye de manera determinante en este reparto es el sistema utilizado para la calefacción del hotel. Aunque el sistema tradicional utilizado consiste en el empleo de calderas de agua caliente, cada vez está más implantado el empleo de sistemas basados en bombas de calor, con lo cual disminuye considerablemente el consumo de energía térmica, incrementándose como contrapartida el consumo de energía eléctrica.
A partir de los datos de consumo obtenidos en la encuesta realizada, se ha estimado el
consumo térmico y eléctrico para todo el sector hotelero.
Respecto a la distribución de consumo obtenida, se aprecia un ligero predominio del consumo eléctrico sobre el consumo térmico, aunque hay que tener en cuenta que a nivel individual existen grandes diferencias respecto de esta distribución, en función de los factores mencionados.
Por otra parte, teniendo en cuenta los costes energéticos medios para las distintas fuentes de energía utilizadas por el sector, se ha obtenido el reparto de costes energéticos, entre la energía eléctrica y la energía térmica consumida por el sector.
Se aprecia un porcentaje notablemente superior de energía eléctrica, debido a que el coste unitario de la energía eléctrica es considerablemente superior al coste unitario de la energía térmica.
Los gastos de energía de una instalación hotelera oscilan entre un 3% y un 6% de los gastos de explotación, por lo que el ahorro de energía puede contribuir de manera significativa a la reducción de los costes de un hotel.
Generalmente los hoteles consumen, por una parte, energía eléctrica, para su consumo en alumbrado, ascensores, bombeo de agua, aire acondicionado, maquinaria eléctrica de cocinas, restaurante, lavandería, etc. También se están implantando, cada vez con mayor frecuencia, las bombas de calor eléctricas, que permiten el suministro de calefacción durante los meses fríos. Por otra parte, los hoteles consumen algún combustible, que se utiliza para la producción de agua caliente para calefacción (si no dispone de bomba de calor), para la producción de agua caliente sanitaria, para la calefacción de la piscina cubierta (si se dispone de ella), y también para el suministro de la cocina.
A la hora de realizar la distribución del consumo energético en el sector hotelero, se observa que debido a la gran variedad de tipos de establecimientos, número de habitaciones, categoría, situación geográfica, combustibles y fuentes de energía utilizadas, es difícil hacer una distribución estándar del consumo de energía en los hoteles, ya que existe una gran variedad en los porcentajes de consumo de los diferentes servicios que suministra un hotel, debido a estos factores.
En cuanto a la distribución del consumo energético, es sin duda la partida de calefacción y aire acondicionado la principal consumidora de energía de un hotel, por lo tanto, los principales esfuerzos de los empresarios hoteleros a la hora de realizar inversiones en ahorro energético, han de ir dirigidos a la reducción del consumo de climatización, bien mediante la utilización de tecnologías más eficientes, bien mediante la reducción de la demanda.
Los objetivos del PNIEC son «relevantes» y «alcanzables», aunque esa «oportunidad única» que tiene la península y las urgencias climáticas por impactos que van a incrementarse obliga a «más ambición».
Son objeto de ayuda los proyectos asociados al ecodiseño, la reutilización y segunda vida, y el reciclaje de paneles fotovoltaicos, baterías y aerogeneradores, entre otros.