Las leyes en materia de energía eléctrica establecen el principio de la primacía de las energías renovables, mediante las cuales se las imbuye del carácter necesario para vencer las barreras que aún hoy en día encuentran para su expansión.
Se deben implementar en los paises serios y con miras de futuro, el uso de directrices, planes y programas de impulso dotando a las Administraciones regionales de los mecanismos necesarios para vencer las barreras de implantación y acceso a las redes de energía que aún subsisten en el sistema energético.
Es preciso ordenar la explotación de las energías renovables en aras del interés público, mediante la creación de la figura administrativa denominada «Autorización de Aprovechamiento», la cual debe aunar los procedimientos administrativos, y considerar la decisión a adoptar, en el resultado de lo que se plasma como balance energético ambiental, balance en el cual no sólo deben considerarse los aspectos puramente sectoriales, y también otros como el impacto económico social o la vertebración del territorio a la hora de decidir sobre la idoneidad de la instalación de un determinado aprovechamiento de energías renovables.
De otra parte, el fuerte crecimiento de las necesidades energéticas, ocasionadas por el aumento de las condiciones de bienestar de los ciudadanos, así como por la pujanza de la actividad económica, constituye una razón adicional de peso a la hora de elaborar las leyes de fomento de las energías renovables y la eficiencia, cuyos objetivos han de pasar por fomentar la reducción en nuestros consumos energéticos, avanzando en las pautas de los usos responsables de la energía en todas sus formas. Reducciones de consumo que han de venir de la mano de la modernización, el desarrollo y la innovación de los equipos consumidores de energía, a la vez que de establecer unas pautas naturales de utilización racional de la energía en todos los estamentos de nuestra sociedad, que deberán impulsarse desde la Administración en colaboración con los agentes del sector.
Los objetivos del PNIEC son «relevantes» y «alcanzables», aunque esa «oportunidad única» que tiene la península y las urgencias climáticas por impactos que van a incrementarse obliga a «más ambición».
Son objeto de ayuda los proyectos asociados al ecodiseño, la reutilización y segunda vida, y el reciclaje de paneles fotovoltaicos, baterías y aerogeneradores, entre otros.