Llevar la electricidad a miles de brasileños mediante energía renovable, es una de las principales acciones del programa -Luz para todos- en Brasil y desde que fue lanzado en 2003 como un programa coordinado por el Ministerio de Minas y Energía, 11 millones de brasileños han tenido acceso a la electricidad.
Tanto la presidenta de Dilma Rousseff como el El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, elogió los logros del programa brasileño. Según los líderes, el programa brasileño sirve como ejemplo para otras naciones. La tecnología como la energía solar fotovoltaica está disminuyendo en costes en los últimos años y es muy útil para generar electricidad en zonas aisladas donde es muy costoso llevar líneas eléctricas. Para los gobiernos, las nuevas tecnologías renovables están dando una oportunidad para mejorar la vida de los ciudadanos, las condiciones sanitarias y educativas, ya que la llegada de la electricidad reduce las brechas sociales.
Las Nuevas tecnologías de generación de energía, además influye en la economía general del país. En las zonas rurales, además de la llegada de la electricidad para la vida cotidiana, también ha ayudado a las labores productivas, facilitan las labores de producción, agrícola y artesanal y genera creación de empleo.
Debido al éxito demostrado que está ofreciendo el programa brasileño, el Secretario General de la ONU, durante una reunión el pasado mes de diciembre del reunión del Consejo Consultivo de la Energía Sostenible para Todos, destacó que -la energía limpia es el hilo de oro que une el crecimiento económico, la equidad social, un clima estable y un ambiente saludable.- Hizo un llamamiento para nuevas acciones en materia de financiación, acceso a la energía, la eficiencia energética y las energías renovables.
Por ello varias entidades y organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo, programan financiación para estos programas. El presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, aseguró durante Consejo Consultivo de la Energía Sostenible para Todos que la financiación es clave para el logro de estos objetivos. Así pues se espera que los organismos internacionales y entidades financieras sigan apoyando programas de integración de energía sostenible en América Latina.
El programa aún tiene el reto de llevar la electricidad a un millón de personas en zonas de muy difícil acceso en la Amazonia y donde extender redes es casi imposible, sin causar un grave perjuicio para el medioambiente. El programa tiene varias propuestas para la creación de sistemas descentralizados de energía renovable, y se involucrar a los ciudadanos en el esfuerzo de incorporar las nuevas tecnologías a sus comunidades y aprovechar sus ventajas.
Tramitar las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico vía comunicación previa elimina el problema de las esperas de hasta ocho meses que se han producido hasta ahora y que afectan al medioambiente y la generación de empleo.
Cinco grandes organizaciones ecologistas defienden que lo que hace falta son trabajos estables duraderos y sostenibles en la zona y no contraponer desarrollo y empleo a la conservación de la naturaleza.
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