El futuro de la energía solar fotovoltaica en Europa.

La fotovoltaica  es una solución competitiva para la descarbonización del sector energético de Europa. La necesidad de evitar los efectos irreversibles del cambio climático ha llevado a la Unión Europea (UE) a que se comprometa a reducir en un 80-90%  los niveles de las emisiones de gases de efecto invernadero del año 1990 para el año 2050.

Esto implicaría una casi una descarbonización completa del sector energético en Europa a mediados del siglo XXI. Se ha elegido este sector debido a la dificultad de reducir las emisiones en otros sectores económicos, por lo que conseguir este objetivo tendría importantes consecuencias para el sistema de energía del continente entero.

La hoja de ruta de la energía para el año 2050 presentado por la Comisión Europea (CE) en octubre y diciembre de 2011 tenía una serie de propuestas para crear una política energética renovada basada en una serie de infraestructuras que ofrecerán una oportunidad única para reescribir la evolución del mix energético europeo y el futuro de las redes de electricidad, que hace que muchos inversores vuelvan a considerar a nuestro continente entre sus planes para el futuro.

Con una combinación energética más diversificada y variable, el futuro del sistema eléctrico europeo tendrá que ser más interconectado, más flexible y más descentralizado. Las mejoras de las redes, tanto en la distribución como a nivel de transmisión, lo que acompañará a la completa transformación del sector eléctrico.

Concretamente, deberán integrar el aumento de la generación distribuida, incluyendo la energía solar fotovoltaica, que desempeñará un papel clave en el mix energético de Europa.

Ya en 2030, la fotovoltaica podría cubrir hasta el 25% de la demanda de electricidad en Europa, contribuyendo así a la descarbonización. Esto, además, se verá impulsado por su trayectoria de competitividad y su evolución en el sistema de precios.  Como se muestra en la Figura 1, donde los precios de  los sistemas fotovoltaicos se espera que caigan desde un máximo de 2,31 € / W en 2012 en el sector residencial hasta un mínimo de 1,30 € / W en 2022.

Y es que el precio medio de un sistema fotovoltaico de 3 kW en un hogar era de 20.000€ (sin IVA) en el año 2000. El precio medio del mismo sistema en el año 2012 es de alrededor de 6.000 € y se espera que a finales de esta década baje a menos de 4.500€.