Apostar por el MidCat a largo plazo no es una solución real para familias y empresas y supone mantener la apuesta por un combustible fósil y convertir a España en un Hub de gas.
La Fundación Renovables valora como urgente el cumplimiento del plan de contingencia energética, denominado “Plan +Seguridad Energética”, no solo por la situación actual de crisis energética a nivel europeo sino por la necesaria apuesta por el consumo responsable. Sin embargo, tras analizar el texto se observa una escasa concreción y desarrollo de las nuevas medidas, dejando abiertos los plazos de aplicación. Además, se echa en falta la implementación de un marco normativo que permita su rápido e inmediato despliegue de muchas de sus medidas, las cuales en gran medida son peticiones históricas que no se han aplicado.
Ante la coyuntura actual, la principal premisa es apoyar y ayudar a los que tienen menos capacidad para afrontar las facturas y no aumentar así una vulnerabilidad que puede repercutir en el avance de una lacra como es la pobreza energética. Siempre hemos defendido que la base de la política energética debía ser el ahorro, la eficiencia y las energías renovables.
Esperamos que las medidas y las recomendaciones que plantea el nuevo plan se utilicen como un punto de partida en el que seguir trabajando, con el objetivo de realizar un cambio hacia una nueva cultura basada en el ahorro, la eficiencia y las energías renovables e impulsar la transición energética, cuyo reflejo debe de ser la mejora ambiciosa del PNIEC el próximo año. El consumo responsable de un bien básico y considerar la energía como un derecho deberían ser ejes transversales, tanto en las políticas actuales como en las futuras, consensuadas bajo un Pacto de Estado de la Energía.
Un aspecto destacado del plan es el incremento a las ayudas al autoconsumo con 500 millones de euros, que, junto con la promesa, sin concretar, de la ampliación o eliminación del límite arbitrario de 500 metros entre los puntos de generación y consumo, permitirán un aumento exponencial de la generación distribuida. La supresión de los 500 metros ha sido una demanda histórica de la Fundación Renovables y, por tanto, es una satisfacción que la eliminación de estas trabas permita ahora desplegar el autoconsumo en zonas rurales, ciudades y polígonos industriales.
Con el objetivo de ayudar a las comunidades de vecinos a disponer de calderas de gas comunitario, 1,6 millones de familias que por su consumo anual no pueden acogerse a la tarifa regulada del gas (TUR) y que el próximo invierno podrían ver cómo el precio de su factura se dispara, el gobierno ha adelantado que está trabajando en diferentes medidas, sin detallar ni precisar cuáles serán. Desde la Fundación Renovables consideramos esta medida necesaria para reducir el impacto del precio del gas en las familias más vulnerables, pero demandamos al gobierno una apuesta mucho más ambiciosa en soluciones mucho más eficientes y sostenibles, como son las bombas de calor.
Muchas de las medidas, algunas de las cuales ya estaban vigentes o bien en fase de desarrollo, deberían ser recogidas en las ordenanzas municipales antes de diciembre, siendo un claro reflejo de la consecuente concienciación de los diferentes municipios. La creación de planes de ahorro energético obligatorios para todas las administraciones públicas es una medida que consideramos imprescindible, y reclamamos esa obligatoriedad también para las grandes empresas, con la extensión posterior para las pymes, no solo con el objetivo de ahorrar de cara al invierno, sino como una necesaria herramienta para la descarbonización del sector.
Para que este plan se cumpla y España consiga cumplir los objetivos de reducción, tanto de consumo energético como de demanda eléctrica, reclamamos un mayor esfuerzo de difusión de buenas prácticas para empresas y hogares, así como una campaña de sensibilización de cara al próximo invierno, para que todos los actores comprendan la necesidad de eliminar la dependencia energética de los combustibles fósiles y la importancia de no despilfarrar un bien básico como la energía. Así mismo, es necesario un fuerte impulso económico en sistemas de alta eficiencia o la adquisición de vehículos eléctricos y puntos de recarga, con el objetivo de electrificar la demanda.
Desde la Fundación Renovables seguimos reclamando otras medidas que se han reflejado vagamente y que consideramos primordiales como la completa transposición de la Directiva de energías renovables para generar un marco normativo favorable para la tan necesaria creación de comunidades energéticas, la modificación de las condiciones de teletrabajo con “origen COVID” a “por motivos de ahorro energético” o la modificación del RITE, para impedir la calefacción de espacios abiertos con combustibles fósiles. Seguimos apostando por el desarrollo de tarifas de energía progresivas y por la inclusión de un mínimo vital energético garantizado y más en un momento de crisis energética y de alta inflación.
Aunque la situación actual del mercado energético se ha desatado a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia y es necesario tomar medidas rápidas y eficaces que proporcionen una mayor cobertura a los usuarios más vulnerables, el problema se encuentra en la naturaleza del propio mercado, por lo que seguimos reivindicando la tan necesaria revisión del sistema eléctrico y la eliminación del modelo marginalista de la fijación precios, causa principal de la situación actual, junto con la dependencia energética del gas y el petróleo. Además, acelerar la ejecución de todas las promesas y propuestas del nuevo plan, permitirá apoyar a las familias más vulnerables durante este y los demás inviernos.
73 medidas para aumentar la protección de consumidores, reducir el consumo de gas e incrementar la solidaridad con otros países europeos, incluye campañas de concienciación social, apoyo fiscal para particulares y empresas, fomento de renovables.
La rebaja del IVA aplaza la necesaria fiscalidad verde para promover un sistema energético que incentive el ahorro y penalice a los sectores más contaminantes.
Las energías renovables son la solución a los altos precios de la energía, la garantía de una mayor seguridad energética de país y significan una menor dependencia de las importaciones de gas.
El documento de AFEC «Hacia la neutralidad climática con la bomba de calor» explica los retos de la propuesta de revisión del reglamento F-GAS, y advierte que podría ocasionar un impacto negativo en el necesario despliegue masivo de bombas de calor.