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Análisis Dafo del sistema energético español.

1-7-13. César Dopazo
lunes, 1 julio 2013.
César Dopazo
Análisis Dafo del sistema energético español.
Un análisis de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades del sistema energético español parece un arranque oportuno, aunque cualitativo, para un debate energético ordenado.

El pasado día 26 de junio la Fundación Ciudadanía y Valores, Funciva, presentó su Informe relativo a las seis prioridades para el mercado español de la energía.

Un análisis de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades del sistema energético español parece un arranque oportuno, aunque cualitativo, para un debate energético ordenado. Dónde estamos en comparación con el resto de países, con qué contamos, en qué posibles escenarios a corto, medio y largo plazos podríamos actuar, qué necesidades de recursos naturales y tecnologías de transformación tendremos, así como la inversión requerida, la secuenciación de inversiones públicas y privadas y los cambios regulatorios necesarios son asuntos a abordar de manera estructurada. Todo lo anterior constituye los bloques constructivos de una planificación estratégica que es, a su vez, el marco para encuadrar un política energética con visos de racionalidad.

Los temas tratados en este documento han surgido de una forma natural a la vista de la matriz DAFO siguiente:

Análisis DAFO del Sistema Energético Español I
Análisis DAFO del Sistema Energético Español II

Análisis DAFO del Sistema Energético Español III

Análisis DAFO del Sistema Energético Español IV


Parece evidente que el origen de las debilidades de nuestro sistema energético relativas a la sobrecapacidad de potencia eléctrica instalada, debida a la penetración desordenada de las energías renovables, en concreto las solares, y al consumo políticamente impuesto del carbón nacional, se ha de asociar con la falta evidente de planificación de las inversiones. Asimismo, la caída de la demanda ha contribuido a debilitar el sistema.

Sumando a lo anterior una mala regulación energética y unos organismos reguladores políticamente controlados, la consecuencia lógica es que existan mercados distorsionados por actuaciones ajenas al sector. El resultado de todo esto es uno de los problemas más acuciantes que acosa al sector energético español: la deuda o el déficit de tarifa. Un problema relacionado, que afecta a la competitividad de la industria española y al poder adquisitivo de los consumidores, es el alto precio final de la electricidad.

Entre las amenazas importantes figura, en lugar preferente, la dependencia española de importaciones energéticas del exterior, próxima al 80%. Sin embargo, un elevado porcentaje de amenazas se mueven, de nuevo, en la órbita de la mala legislación, una regulación errática, cambiante y reactiva para salir al paso de emergencias o problemas absurdamente generados, y unas actuaciones jurídicas cuestionables y causantes de diferentes niveles de inseguridad.

Nuestras fortalezas energéticas, que no son escasas, necesitan una política clara, fruto de acuerdos políticos de largo alcance entre los dos grandes partidos. La visión energética de España para los próximos 30 años ha de ser consensuada y ha de tener como columnas de apoyo una planificación estratégica que perfile escenarios de enmarque y que sea periódicamente revisable. Una planificación estratégica proporcionaría a los políticos, cuando menos, una “hoja de ruta energética” para moverse menos torpemente de lo que lo hacen cuando intentan tomar decisiones o proponen ocurrencias.

Las actuaciones relativas a eficiencia y ahorro energéticos tienen inmediato y alto impacto en la reducción de la dependencia de importaciones. La gestión desde la oferta y desde la demanda, con el uso de sensores, medidores y redes inteligentes, el desarrollo de la energía distribuida ligada a generación de renovables y mercados locales, y la obligatoriedad del cumplimiento de las medidas aprobadas para todos los subsectores son componentes esenciales. Una educación de los consumidores, con soporte en una información sin sesgos, complementada con señales de precios reales conducirían de manera natural al ahorro y uso eficiente de la energía.

La necesidad de racionalización de la nueva legislación y regulación energéticas es, por tanto, recurrente en cada sección de la matriz DAFO. Suprimir el intervencionismo en los mercados promoverá la competencia y evitará la degradación de la seguridad para el inversor nacional e internacional.

A corto plazo es urgente resolver los problemas relacionados con la caída de la demanda y el exceso de oferta, la competición desorganizada de renovables y centrales térmicas de gas natural con ciclos combinados, y acabar con la deuda tarifaria que asciende a casi el 3% del PIB.

A medio plazo el objetivo, tras la recuperación económica y la reducción del desempleo, sería lograr una situación equilibrada de oferta y demanda energéticas. Las inversiones en redes e interconexiones internacionales debieran priorizarse.

A largo plazo, especialmente mientras el mercado interior europeo no sea una realidad, es imprescindible definir una estrategia industrial y garantizar los suministros energéticos, que mejoren la autosuficiencia, mantengan o amplíen la generación nuclear, fomenten acuerdos con países productores, desarrollen fuentes autóctonas (shale gas) y promuevan la disposición de reservas en otros países, etc. Asimismo, las emisiones de CO 2 deben ajustarse para cumplir los compromisos acordados y aceptados con la UE.


VER Video presentación relativo a las seis prioridades para el mercado español de la energía.


Descargar por cortesía de FUNCIVA
Informe relativo a las seis prioridades para el mercado español de la energía.

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