La Paz, de Baja California Sur, es la primera ciudad de México que forma parte de la iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo. para afrontar las consecuencias del cambio climático.
La iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo sobre ciudades Emergentes y Sostenibles, arranca en el 2011. Se trata de identificar y priorizar proyectos de inversión para el desarrollo sostenible, impactando positivamente en la calidad de vida de los habitantes. La Paz, es una ciudad con altos niveles de contaminación, debido a infraestructuras ineficientes, cosa que se agrava más con el ritmo de crecimiento de la ciudad, sobreexplotación de recursos y el uso de combustibles fósiles contaminantes para el consumo energético.
Por la ubicación geográfica de la ciudad, ésta se ve sometida a un clima desértico que agrava los problemas medioambientales. La mayor parte de la contaminación atmosférica y de gases invernadero provienen de las plantas de energías termoeléctricas, altamente contaminantes y de las emisiones de los vehículos. El Plan de acción para el Cambio Climático de la Paz, tiene que pasar por identificar proyectos innovadores que ayuden a mitigar los niveles de contaminación en la ciudad y las áreas donde son más necesarias implantar un uso racional de la energía, baja en emisiones.
La energía es de las prioridades a tomar en cuanta en los planes de acción. La Paz cuenta con algunos problemas, como el aislamiento de la red eléctrica con respecto a la red de transmisión mexicana, lo que genera que la ciudad consuma un alto porcentaje de combustible fósil que llega en su mayoría por vía marítima, en plantas térmicas contaminantes. La demanda además es elevada en épocas propicias para el turismo. Esto genera un problema de sostenibilidad energética. La solución tanto para la independencia energética como para una producción eléctrica más limpia está en identificar e implantar nuevas fuentes de energías renovables.
Por lo tanto diversificar la matriz energética de la ciudad es fundamental para una generación, distribución y consumo eficiente. En la Paz existen pocos incentivos para proyectos de eficiencia energética, el desafío es crear unas bases para el desarrollo de las energías limpias en el municipio, sobre todo proyectos orientados a grandes consumidores como el sector industrial, hotelero y residencial. Una de las acciones que más puede impulsar el cambio es la instalación de instalaciones fotovoltaicas medias para el autoconsumo. Para ello se proyecta aprovechar también los incentivos que el estado mexicano está ofreciendo en programas federales, para pequeñas instalaciones en el sector comercial y residencial, como el FIDE, o del CONUEE, así como el fomento de sistemas de generación distribuida, aprovechando los incentivos para conexión y medición neta (net metering) existentes en México.
La Comisión Reguladora de Energía ya ha dado el visto bueno para la construcción de proyectos a gran escala de energía solar fotovoltaica en la ciudad. El primer parque fotovoltaico ubicado en la Paz, es de los más grandes de Latinoamérica, y sustituirá parte del consumo de combustible fósil utilizado. La energía generada por 130.000 paneles podrá ser inyectada en un futuro al sistema eléctrico de la comisión federal de energía. Esta planta ayudará a bajar las emisiones del CO2 en unas 60.000 toneladas.
Los objetivos del PNIEC son «relevantes» y «alcanzables», aunque esa «oportunidad única» que tiene la península y las urgencias climáticas por impactos que van a incrementarse obliga a «más ambición».
Son objeto de ayuda los proyectos asociados al ecodiseño, la reutilización y segunda vida, y el reciclaje de paneles fotovoltaicos, baterías y aerogeneradores, entre otros.