El Gobierno catalán aprueba el Plan de la Energía y Cambio Climático 2012-2020

- El ahorro y la eficiencia energética serán el eje principal de las políticas energéticas y climáticas del Gobierno catalán.

- El cumplimiento del Plan implicará la creación de 70.000 puestos de trabajo e inversiones inducidas por valor de 24.600 millones de euros.

El Gobierno impulsa el Plan de la Energía y Cambio Climático 2012-2020, que debe servir de guía para las políticas energéticas y de mitigación del cambio climático en Cataluña.

El Plan establece las líneas de trabajo y las prioridades para alcanzar en 2020 el objetivo 20-20-20 determinado por la Unión Europea: reducir el consumo de energía en un 20,2%, aumentó hasta el 20,1% en peso de las renovables en el consumo de energía primaria y reducir un 25,3% las emisiones de CO2.

Se calcula que una vez alcanzados los objetivos generará 70.000 puestos de trabajo y 24.600 millones de euros de inversiones.
Hoy los departamentos de Empresa y Empleo y de Territorio y Sostenibilidad han presentado el documento en la reunión del Consejo Ejecutivo. Se trata de la primera vez que Catalunya aborda las políticas energéticas y climáticas de manera conjunta y coordinada a través de los diferentes departamentos implicados.

El objetivo del Gobierno es lograr una economía y una sociedad de baja intensidad energética y baja emisión de carbono, innovadora, competitiva y sostenible a medio y largo plazo. Además, la aplicación del Plan ha de ejercer como apoyo para la consolidación de un sector económico directamente relacionado con el ahorro y la eficiencia energética, las energías renovables o la reducción de emisiones, además de incentivar otras actividades relacionadas con el ahorro y la eficiencia energética, como la rehabilitación de edificios.

Para alcanzar estos objetivos, el Plan fija el ahorro y la eficiencia energética como la línea prioritaria de las políticas energéticas y climáticas de Cataluña. Por ello, se quiere pasar de gestionar la oferta de energía a gestionar la demanda, es decir, conseguir un menor consumo de energía y un mejor aprovechamiento de la que se consume, teniendo en cuenta que se trabaja con una previsión de encarecimiento de los precios de la energía, fundamentalmente del precio del petróleo.

La reducción en el consumo de energía se notará en todos los ámbitos de actividad, desde el propio sector energético hasta la industria, los servicios o el entorno doméstico.

Dentro de esta línea de trabajo, el documento identifica dos grandes ámbitos de actuación: la edificación y la movilidad sostenible.

En el campo de la edificación, se diseñarán actuaciones destinadas a potenciar la rehabilitación energética de edificios, es decir, a aplicar criterios de ahorro y eficiencia energética en las obras de puesta al día de viviendas y edificios, con el doble objetivo de reducir consumos y reactivar la construcción. También se implementarán medidas para consolidar el sector de los servicios energéticos, es decir, de las empresas especializadas en conseguir ahorros energéticos para terceros.

En el campo de la movilidad sostenible, el documento recoge la necesidad de avanzar hacia una movilidad sostenible, potenciando el uso del vehículo eléctrico y la intermodalidad. En esta materia los dos principales ejes son el desarrollo de una industria auxiliar y de las infraestructuras asociadas a la implantación del vehículo eléctrico y el establecimiento de sinergias entre los modos de transporte eficiente y el vehículo eléctrico.

Todas las políticas de reducción del consumo de energía y de eficiencia energética tienen un impacto inmediato en la consecución de los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Así, aunque el Plan sólo incluye aquellas emisiones relacionadas con la energía -que generan un porcentaje muy importante-, ya permitiría cumplir con los objetivos establecidos por la Unión Europea.

En cualquier caso, la actuación en materia de política energética y climática es de naturaleza muy transversal y por este motivo incide en el desarrollo de otras políticas sectoriales. El Plan tiene en cuenta este hecho y es coherente con las diferentes planificaciones existentes o actualmente en curso, como la Estrategia Cataluña 2020, el Plan de impulso al vehículo eléctrico o el Plan de actuación para la mejora de la calidad del aire, entre otros.

Energías renovables

El documento también hace hincapié en la voluntad de avanzar en el aprovechamiento de las energías renovables en Cataluña, identificando el potencial de las diferentes tecnologías en el plazo del Plan y definiendo las acciones necesarias para hacer efectiva la implantación. Así, establece la voluntad de alcanzar 5.136 MW instalados de energía eólica, 570 de los cuales serán de energía eólica marina. Se hará con la definición de un nuevo mapa eólico, la repotenciación de los parques ya existentes que alcancen una vida útil de 15 años o la implantación de la energía minieólica y microeólicos.

La biomasa agrícola y forestal también dispondrá de planes específicos para su aprovechamiento. La intención es alcanzar los 160 MW de potencia instalada a partir del uso de este recurso, que permite avanzar en la aproximación de las centrales de producción al punto de consumo, supone un efecto multiplicador para las economías de los territorios y permite mantener limpias las zonas forestales. La Generalitat también se marca como meta avanzar en un marco normativo que regule el autoconsumo, o balance neto, para conseguir un mayor aprovechamiento de la energía solar.

Otro objetivo del Plan es conseguir que un 14,5% de la energía final consumida en el sector del transporte proceda de fuentes de origen renovable. Es por ello que el documento apuesta por hacer políticas para incentivar el uso de biocombustibles.

Impacto socioeconómico

Las medidas establecidas en el Plan de la Energía y Cambio Climático 2012-2020, además de contribuir a la mejora del bienestar de la sociedad ya la competitividad de la economía, tendrán un impacto socioeconómico directo. En primer lugar, las medidas de ahorro y eficiencia energética y el aumento del peso de las renovables facilitarán el ahorro acumulado de 33.850 millones de euros para los consumidores finales durante todo el periodo. Al mismo tiempo, supondrán un impacto positivo para la balanza comercial, al reducir en 20.415 millones de euros la importación de combustibles fósiles.

En segundo lugar, la aplicación del Plan inducirá inversiones por valor de 24.600 millones de euros, 1.790 de los cuales corresponderán a las administraciones públicas. Estas actuaciones generarán hasta 70.000 puestos de trabajo. De estos, 38.000 estarán relacionados con el ahorro y la eficiencia energética y 32.000, con el sector de las energías renovables. Además, siguiendo el mismo principio de las políticas climáticas de la UE, que establece de manera conjunta responsabilidades y recursos, Cataluña entiende que a partir de 2013 también le corresponde gestionar los ingresos derivados de las subastas de la fase III de las actividades sometidas al comercio de derechos de emisión.

En el Plan se estima que estos ingresos serían de unos 150 millones de euros anuales, que se aplicarían a acciones de mitigación y adaptación al cambio climático.