El Marco de políticas climáticas y energéticas de la UE para 2030.

Buenas tardes D. Hector:

Lo primero, agradecer tu presencia en el día de hoy para hablar de energías renovables y de Europa.

Para quienes no conozcan a D. Hector, hemos de decir que desde 2007 ha estado involucrado con Amigos de la Tierra en temas de energía y cambio climático, primero en Bélgica y luego en España.

Ha sido coordinador de la campaña “S.O.S. Clima” y de “Justicia Climática” en España, y responsable de las actividades de la Federación Amigos de la Tierra fuera del espacio de negociaciones de la COP16 de Cancún. Además participa activamente en la Coalición Clima y en la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.

Hechas las presentaciones, demos comienzo a la entrevista...

P.- A finales de marzo la Comisión adoptó el Green Paper  "Un marco para las políticas climáticas y la energía para 2030, pero ¿cómo ha sido este proceso?

R.- Fue a mediados de 2012 cuando supimos gracias a la Dirección General de Energía (el DG Energy) que la Comisión Europea tenía intención de empezar a trabajar en un marco europeo de políticas de cambio climático y energía para 2030. En aquel momento, no nos quedó claro si dicho documento tomaría la forma de una legislación o de una comunicación, pero lo que sí sabíamos, es que se basaría en dos Hojas de Ruta que los lectores quizás conozcan: el  “2050 Energy Map” y el “2050 Low Carbon Roadmap”.

Así, en octubre, se confirmó que la Comisión planeaba organizar a finales de marzo un “debate orientativo” de carácter especial con 27 Comisionados, al tiempo que lanzaba públicamente el Green Paper. El objetivo del documento es enumerar una serie de preguntas importantes a las distintas partes implicadas (Estados Miembro, Instituciones de la UE, distintos stakeholders…) para arrojar luz al proceso de consulta.  

P.- Ya veo, es como un documento de preguntas enfocado al diálogo. Y dime, ¿cuáles son los temas más importantes de esta consulta?

R.- Pues son varios, pero cabría destacar principalmente el número y la naturaleza de los objetivos que se van a fijar, la coherencia con las herramientas puestas ya en marcha, y la capacidad de los Estados Miembro de llevar a cabo determinadas actuaciones.

No obstante, algo que como ambientalista desearía remarcar, es que el leitmotiv del proceso para fijar cifras para 2030 surge de la necesidad de aportar seguridad a los inversores y de la necesidad de no perder fuelle competitivo, es decir de mandar señales económicas concisas, y que el interés por el medio ambiente, una vez más, queda relegado a un discreto  tercer lugar.

P.- Imagino que también permitiría a la UE poner sobre la mesa algo concreto a nivel internacional, ¿no?

R.- Así es, aunque queda por ver qué sucede en plano internacional. A priori, con la fundación de la Plataforma de Durban en 2011, se espera que las partes elaboren un nuevo protocolo (o una conclusión acordada que sea jurídicamente vinculante para todas las Partes) que podría ser adoptado en la COP20 de París 2015, aunque ya te digo, tras lo de Copenhague, está por verse si eso es posible. En cualquier caso, siempre es un plus que la UE lleve objetivos ambiciosos a las negociaciones. Aunque la UE-27 aporte solamente un 11% de las emisiones mundiales, a nivel político tiene una responsabilidad y una influencia notable.  

P.- Volviendo al Green Paper y los temas a tratar, ¿cuál es tu análisis?

R.- Primero hablaría del número de objetivos para 2030. Nosotros queremos que sean tres, de reducción de emisiones, de eficiencia y ahorro energético y de energías renovables, y que los tres sean ambiciosos y jurídicamente vinculantes.

Éste, me parece un punto fundamental, ya que con un simple objetivo de emisiones, los Estados Miembro podrían desarrollar la Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS), más nuclear, o el gas de esquisto (o shale gas). Además, también se podría interpretar como un acto de fe ciega con en el actual mercado de comercio de derechos de emisión, el famoso ETS - herramienta que sobre el papel parecía una gran idea, pero que a la práctica no está dando los resultados esperados (y eso que algunas organizaciones ya les explicamos en su momento el porqué de su fracaso)-.
En segundo lugar, el nivel de ambición de dichos objetivos. ¿La Comisión usará simplemente las cifras de 2030 de la Hoja de Ruta 2050 (40% emisiones, 30% renovables, y 20% ahorro/eficiencia, a toda luz insuficientes), o apuntará más alto?

P.- ¿Cuál es la postura que defienden las organizaciones de la sociedad civil como la tuya?

R.- En Amigos de la Tierra todavía estamos discutiendo internamente las cifras óptimas, no obstante, Climate Action Network, red europea que aglutina las principales organizaciones que trabajan estos temas, propone a día de hoy un 60% emisiones, un 45% renovable y un 50% de ahorro/eficiencia.

¿Cuáles son las expectativas de conseguir esos deseados tres objetivos vinculantes para 2030?

R.- Bueno, como puedes imaginar las Direcciones Generales de Empresas e Industria y de Economía, junto a algunos Estados Miembro como Polonia, van a oponerse frontalmente a cualquier intento de fijar tres objetivos vinculantes por miedo, tal y como he dicho, a la posible pérdida de competitividad europea, o simplemente por incompatibilidad con su mix energético. Sin embargo, creemos que esto no es cierto, y por ello será necesario demostrar y poner de relieve los impactos positivos sobre la economía de la posible acción climática.  

Así, por un lado vemos la urgencia de la Comisión en avanzar en el tema por temas de competitividad y mercados, y por otro, la necesidad de encontrar un objetivo lo suficientemente ambicioso.  Este es un punto importante, ya que la puesta en marcha de una legislación precipitada a principios de 2014, seguramente adoptaría los objetivos del Roadmap, que son inadecuados.

P.- ¿Entonces crees que sería mejor ir más despacio para poder conseguir tres objetivos vinculantes para 2030?

R.- Sí. Amigos de la Tierra considera que es mejor retrasar la legislación hasta que haya el tiempo suficiente para conseguir más apoyos para niveles más altos de ambición. Sabemos que hace unos meses el Presidente Barroso dijo que estaba de acuerdo en adoptar una legislación antes de que terminara su mandato en 2014. Pero ese tiempo es escaso. Ahora mismo, algunos Estados Miembro como Reino Unido, Finlandia o los Países Bajos sólo apoyarían un objetivo de mitigación, y muchos otros, entre ellos España, no tienen una postura clara al respecto. De hecho, solamente Dinamarca ha mostrado interés en tener tres objetivos vinculantes. Esto es insuficiente, y para poder ganar puntos a favor, necesitaríamos que la Comisión encargara un estudio holístico que explicara al detalle los impactos positivos en la economía que supondrían la aprobación de tres objetivos vinculantes.   

P.- ¿Qué va a suceder a partir de ahora, qué proceso se ha acordado para la negociación?

R.- Pues ahora mismo hay dos vías abiertas. Por un lado se ha abierto una consulta pública online a la ciudadanía para que aporte su visión, y por otro se abrirán distintos espacios de diálogo político con los Estados Miembro. Por ejemplo, en Dublín, la semana del 22 de abril, habrá encuentros informales de los Consejos de Energía y de Cambio Climático. Y el 22 de mayo habrá el encuentro de Jefes de Estado de la UE. Estas serán dos buenas ocasiones para mostrar nuestra visión a nuestros representantes a través de cartas y del trabajo con los medios.  

También estamos trabajando con nuestra gente de base para que expresen su preocupación mediante la consulta pública que termina el 2 de julio. Cualquier organización, empresa o individual puede registrarse y dar su opinión. Más información en:
http://ec.europa.eu/energy/consultations/20130702_green_paper_2030_en.htm

Muchas gracias Héctor. Seguiremos pendientes del tema. Agradecerte tu tiempo y espero que tengáis éxito con vuestra campaña.

Desde este lugar de encuentro y entrevista ofrecemos a nuestros lectores la posibilidad de contactar directamente con el entrevistado para hacerle llegar las dudas y comentarios que les surjan: