Fisuras en un depósito de residuos atómicos de la remota isla de Runit, perteneciente al atolón de Enewetak, alerta el secretario general de la ONU Antonio Guterres.
La siniestra estructura de hormigón, denominada Cúpula de Runit, se construyó sobre el cráter producido por la explosión de proyectiles y se calcula que alberga 73.000 m3 de residuos radiactivos procedentes de las pruebas nucleares en el atolón Enewetak.
Este atolón, perteneciente al País de Islas Marshall, perteneció durante varios siglos a España, que lo nombró como "Los Jardines"... un lugar que permanece completamente deshabitado desde 1.952, año en que Estados Unidos detonó la primera bomba termonuclear -bautizada Cactus- que alcanzó en el centro de la explosión la temperatura de 15 millones de grados y pulverizó todo rastro de vida en la isla.
El invertido plato fuerte fue construido en 1.979 como tapadera del cráter de 110 mts. de diámetro, cuenta con un grosor de 46 cms. de hormigón y su profundidad es de 9,1 metros, cuyo fondo no fue aislado por motivos de economización de costos. Se sitúa prácticamente a nivel del mar, de forma que el ascenso del nivel de las aguas debido al cambio climático añade un plus de amenaza de desastre ecológico.
La degradación de la construcción y consiguiente daño ya eran conocidos por los Estados Unidos -según The Guardian- y su Departamento de energía mediante informe de 2013 admitió el hecho de que se estaba filtrando el material radiactivo de la cúpula, que además estaba siendo accedida por agua marina.
Respecto del contenido de este almacén, según informe de 2017 de la Corporación Australiana de Radiodifusión, las numerosas pruebas nucleares en la zona incluyeron el plutonio-239, una de las sustancias más tóxicas del mundo y cuya vida media radiactiva se prolonga por 24.100 años (veinticuatro mil cien).
La situación sin resolver ha sido reiterada por Guterres con motivo de su entrevista con la presidenta de las Islas Marshall, Hilda Heine.
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