La transición energética pasa por la instalación de 6000 megas al año hasta 2030. España no tiene capacidad de dar respuesta al almacenamiento actualmente.
El Colegio de Economistas de Valencia, dentro de su ciclo de mesas redondas de actualidad, ha acogido esta mañana la tertulia “El futuro de la energía. Análisis del modelo actual” que ha estado presidida por el Decano del COEV, Juan José Enríquez, y en la que han participado el Director General de Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, Pedro Fresco; el Delegado Institucional de Iberdrola en la Comunidad Valenciana, Ibán Molina; el CEO de Octopus Energy Spain, Roberto Giner y el co-presidente de la Comisión de Docencia e Investigación del Colegio de Economistas de Valencia, Roberto Gómez- Calvet.
El Decano Juan José Enríquez señaló que en 2021, el índice de precios de electricidad, gas y otros combustibles subió un 54% en una inflación del 6,5%y el pasado mes de marzo alcanzó el 80% interanual, mostrando una tendencia al alza de gran impacto en la inflación que se situó en el 9,8%. Además, el barril de Brent estaba a 70 hace un año y en la actualidad está en 107.
Ante esta situación, el economista e ingeniero Roberto Gómez, señaló que la mayor parte de las empresas “está pensando en qué productos son más intensivos y ese coste se está transfiriendo a los precios, por lo que esta situación contribuye a aumentar la inflación” .
Ante este panorama, Ibán Molina, Director Institucional de Iberdrola aseguraba que es el momento de reflexionar sobre la situación de dependencia que se ha puesto de relevancia y que nos indica que tenemos que trabajar hacia la transición energética, además de ser conscientes que el precio no se debe vincular al mercado diario sino a futuros, porque de esta manera, “se estabilizaría el precio y se evitarían sobresaltos”.
Por su parte, Roberto Giner, señaló que Octopus Energy al tratarse de una compañía que compra energía en el mercado mayorista por un lado y por otro a sus clientes, posee una visión global que le permite comprobar que “el mercado eléctrico siempre se ha legislado en el momento, sin tener en cuenta el futuro, lo que acarrea problemas a la larga, tal y como estamos comprobando actualmente”.
En este sentido explicó que “el Gobierno se encuentra en una encrucijada porque está atacando a la rebaja de facturas a través de impuestos” lo que “ no es una mala idea pero no es la solución, ya que el precio sigue subiendo y los impuestos son un porcentaje sobre la factura, concretamente sobre el cálculo de base, por lo que creo firmemente que la solución es apostar por la energía renovable combinada con otras tecnologías, pero en España estamos siendo muy lentos”.
El Director General Pedro Fresco, indicó que la industria española no podrá aguantar el precio de la electricidad de forma permanente por lo que se debe realizar una labor didáctica hacia la transición ecológica. Un hecho en el que han coincidido todos los ponentes.
Fresco realizó una retrospectiva indicando que la crisis actual es una repetición de la que sucedió en la década de los 70, aunque las energías que la provocaron hayan cambiado y que “si no le ponemos remedio y viramos hacia las energías renovables dentro de unos años nos encontraremos en el mismo punto. No hay que olvidar que esto es una lección de la historia de que tenemos que avanzar en la electrificación de una forma más rápida”.
En respuesta a estas afirmaciones, Molina señaló que para que esta transición se cumpla, “tenemos que ser capaces de instalar 6000 megas al año de aquí al 2030. Para eso hay que sortear ciertos obstáculos como la legislación que tiene que ir hacia una reducción de los trámites administrativos”.
En este sentido, los ponentes coincidieron en que se está produciendo un cambio en el paradigma energético, puesto que los clientes han entendido la importancia de generar energía en sus hogares en parte para autoconsumo y en parte para verterla en la red. No obstante, esta posición deseable se enfrenta a un problema que aún no está resuelto, el almacenaje.
Giner fue cauto respecto al futuro al señalar que “estamos fomentando estas instalaciones pero el sector no se cambia en dos años” y aunque “no vamos a una mala velocidad, el precio lo sigue fijando la última energía que entra de manera que hay que apostar por las energías renovables pero también por reformar el sistema actual que es absolutamente marginalista”.
Por su parte Roberto Gómez se mostró escéptico respecto al término “marginalista” empleado por sus compañeros de mesa, puesto que “todos los mercados lo son y meter en el mismo mercado fuentes heterogéneas no sustitutivas puede generar un desajuste, por lo que hay que realizar una revisión profunda del sistema”, puesto que un crecimiento de las renovables sin control “puede ocasionar inversiones desaprovechadas porque en España no existen suficientes sistemas de almacenamiento”.
Gómez insistió en que “no debemos auto complacernos, porque aunque nuestro potencial fotovoltaico es alto nos supera Alemana y hay que ser consciente de que si no debemos buscar respuestas rápidas tratando de huir de los precios que tenemos actualmente, hay que trabajar a largo plazo”.
Además, todos los ponentes coincidieron en señalar que aunque la previsión es que se estabilicen los precios, lo cierto es que aún se tardará de 3 a 5 años en volver a los precios de antes de la crisis. En cualquier caso insistieron en que tanto la Administración como los usuarios deben dirigir sus pasos hacia la transición y la eficiencia energética para optimizar la energía de la que se dispone, porque según indicó Ibán Molina “la mejor energía es la que no se consume, por ejemplo en una empresa podemos cambiar calderas de gas por calderas de calor donde se descarboniza y se ahorra energía”.
También destacaron la importancia de lograr una estabilidad regulatoria y ver en las nuevas fábricas, como la factoría de Volkswagen, que próximamente se instalará en Sagunto, una oportunidad de plantear un nuevo modelo de empresa desde el punto de vista energético.
De igual modo, se abordó el Plan ReActiva de la Generalitat Valenciana, que “está abierto a nuevas aportaciones y nuevos fondos. Es un plan en constante mejora, donde sobretodo, hay que destacar más allá de los 2.000 millones de euros, la voluntad del Consell de comprender que la crisis energética es un tema prioritario para la Generalitat”, según explicó el Director General de Transición Ecológica. Un plan que ha sido valorado muy positivamente por el Director Institucional de Iberdrola en la Comunidad Valenciana, Ibán Molina.
Respecto a la energía nuclear, Molina insistió en que el plan en España ya está trazado y a diferencia de otros países como Francia y Bélgica, la apuesta española, insistió en que pasa por las energías renovables. De hecho, Pedro Fresco señaló que no se van a construir más centrales nucleares ya que no sólo generaría un coste 4 veces mayor del beneficio que reportarían y además no estaría en funcionamiento hasta 2040 por lo que no daría respuesta al momento actual. Además, recordó que la primera central nuclear que tiene previsto cerrar, no lo hará hasta 2027.
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