Las múltiples aplicaciones de la energía solar, hacen que el mercado no solo se oriente hacia las grandes plantas. En Chile se está creando un tejido empresarial importante en proyectos a pequeña escala, los cuales mejoran la competitividad.
La energía solar fotovoltaica a pequeña escala se está desarrollando con rapidez en Chile, gracias a programas e iniciativas impulsadas desde asociaciones y el ministerio de energía, por ejemplo en el ámbito educacional. Recientemente, un total de 32 escuelas y dos postas rurales de la Región de Coquimbo actualmente cuentan con energía eléctrica gracias a un sistema de autogeneración, mediante el uso de paneles fotovoltaicos, que ha causado un impacto positivo en el proceso educativo de niñas y niños de zonas apartadas.
Además de estos proyectos que facilitan la calidad de vida de habitantes de zonas apartadas, los proyectos solares a pequeña escala cada vez cobran más repercusión en el ámbito empresarial, sobre todo aumentan la competitividad de las empresas reduciendo costes y haciendo más eficiente la producción.
Esto es especialmente notable en la agricultura. Un ejemplo clave es con el uso de bombas solares, hile tiene pocos recursos naturales para la producción de energía eléctrica, por lo que es importante incorporar las energías renovables para darle seguridad de riego a los agricultores. La nueva tecnología con energía renovable no convencional para la producción agrícola se está extendiendo por toda América Latina. El Ministerio de Energía ya ha implementado programas en los que ha invertido aproximadamente 2,2 millones en la instalación de más de 1.000 paneles solares a pequeños agricultores, el proyecto generará 255.500 watts de energía para la agricultura a lo largo del país.
Por otro lado, El Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) fue una de las primeras instituciones de América latina que apoyó directamente a los pequeños productores con programas como el uso del bombeo para riego a través de la energía solar. El programa ha tenido éxito en sus primeras implantaciones. Los ahorros además permiten a los agricultores destinar sus ingresos en mayor parte para el cultivo, en lugar que tenerlo que invertir en energía eléctrica. La iniciativa que impulsó el INDAP proyecta instalar 1.144 equipos de bombeo alimentados por paneles fotovoltaicos desde la región de Arica y Parinacota hasta Magallanes. Estos sistemas están resultando muy útiles en las zonas más afectadas por la sequía y por la escasez de recursos hídricos.
Uno de los ejemplos notables de cómo puede influir la eficiencia energética para la agricultura es en la producción vinícola de Chile, una de las más importantes de Latino América. En las explotaciones se están realizando cambios hacia nuevos sistemas de bombeo, eficiencia en los procesos y sustitución de las lámparas eléctricas, por cúpulas solares en las techumbres de las naves.
Este tipo de proyectos, a la vez que hacen crecer el tejido empresarial chileno de las energías renovables no convencionales, demuestra que su penetración en Chile tiene beneficios importantes para la economía, la sociedad y en la vida cotidiana de los chilenos y en el uso de recursos naturales como la tierra y el agua.
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