La transición energética no debe reducirse a mera sustitución de energía fósil por renovables, sino a desarrollar un nuevo modelo energético sostenible, justo y social, abordando la necesaria penetración de energías renovables de forma equilibrada.
Identificados más de 13.600 millones € de inversión verde elegible para financiar proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático, uso sostenible y protección de recursos hídricos y marítimos, la transición hacia una economía circular.
Contribuirá a alcanzar el objetivo de mejora de la eficiencia mediante reducción del consumo de energía primaria en un 39,5% en 2030 y obligará a justificar la instalación de sistemas térmicos convencionales en lugar de otros más eficientes.
Cinco grandes organizaciones ecologistas defienden que lo que hace falta son trabajos estables duraderos y sostenibles en la zona y no contraponer desarrollo y empleo a la conservación de la naturaleza.
Las medidas propuestas tienen como ejes básicos la electrificación de la demanda de energía, la apuesta por la eficiencia energética y la movilidad sostenible.
Oslo y otras ciudades como Bergen y Stavanger son referentes mundiales de ciudades inteligentes donde cooperan los sectores público y privado realizando grandes inversiones para crear ciudades más inteligentes, ecológicas, inclusivas y creativas.
Dentro de los programas de estímulo a la compra de vehículos más sostenibles el Plan Renove dotado con 250 millones de euros, que ya habría recibido 135.000 solicitudes.
Potenciar canales de comunicación, especialmente en el sector renovable, denota el compromiso con la satisfacción del cliente y hace patente la calidad y durabilidad del producto.
Casi la mitad (47 %) de los encuestados cree que el sector de la construcción no cuenta con la capacidad digital necesaria para hacer frente a las demandas de una ciudad inteligente («smart city»).