Iberdrola abandona España.

¿Falta de inversión en los próximos años por exceso de capacidad?. ¿Problemas de comunicación con el Gobierno de Rajoy?. ¿Caos con la nueva reforma del Sector Eléctrico?.¿Exceso de apoyo del gobierno a Gas Natural?. ¿Incumplimiento de los objetivos de energías renovables en 2020?.

Muchas podrían ser las razones por las que Iberdrola en los últimos días está enviando claras señales de abandonar España o cuanto menos hacer ver al Gobierno que en sus planes estratégicos España será tratada como un país de segunda fila.

Ya en Julio del año pasado, como consecuencia de la falta de planificación en el sector eléctrico español y con el fin de no incurrir en costes innecesarios, Iberdrola solicitó al Ministerio de Industria el cierre y desmantelamiento de los 800 MW del grupo III de la central de ciclo combinado de Arcos de la Frontera, dejando en funcionamiento los grupos I y II de 400 MW cada uno.  En dicha solicitud argumentaba que la central era insostenible en el actual escenario de caída de la demanda eléctrica y penetración masiva de las energías renovables en el mercado. Debido a esta situación la central de ciclo combinado de Arcos, sólo en 2013, ha reducido su actividad en un 43 por ciento y en un 61 por ciento en los últimos cinco años, funcionando actualmente por debajo del 10% de su capacidad.

La realidad, según fuentes del sector, es que Iberdrola estaría intentando trasladar parte de la central a otros países con más demanda eléctrica, como por ejemplo México, donde el pasado mes de enero fue la adjudicataria de la construcción y explotación de una central de ciclo combinado de 300 MW en Baja California, llegando a un acuerdo con la eléctrica estatal del país, CFE, para vender la energía producida durante los próximos 25 años.

Iberdrola está apostando fuerte en el otro lado del Atlántico, no en vano en las mismas fechas en la que se dio la noticia de la adjudicación de la central de ciclo combinado en México, Iberdrola nombró como consejero independiente de su filial en Estados Unidos a  Alfredo Elías Ayub, cuñado de una hija de Slim, y el que fuera precisamente durante más de una década el director general de la eléctrica estatal mexicana (CFE). Iberdrola también estonces nombró como consejero independiente a Alan Solomont, exembajador de EEUU en España, cuya beligerancia en apoyo de los fondos estadounidenses por los recortes retroactivos a la renovables en España, fue de todos conocida.

Hoy nos hemos levantado con la noticia de que Iberdrola ha contratado a Morgan Stanley para realizar la venta del 25% del negocio de distribución de energía en España. Esta filial tiene un beneficio bruto de explotación o ebitda del entorno a los 1.450 millones de euros, por lo que la valoración en una posible venta, según estimaciones conservadoras, podría llegar a cerca de 11.000 millones. Sería interesante saber que parte de ésta valoración corresponde a los suculentos beneficios que Iberdrola ha tenido en España durante la época de crisis, en la que todos los españoles hemos contribuido a engordar gracias a las políticas energéticas de los distintos gobiernos en estos años.

El mensaje enviado por Sánchez Galán el pasado mes de febrero de que Iberdrola era más británica, estadounidense y mejicana que española, está tomando cuerpo en estas decisiones, que más que coyunturales apuntan a ser estratégicas. Al desprenderse de parte de su actividad y sus activos en España está enviando una clara señal al Gobierno y al mercado, dando a entender que existen otros activos y otras zonas geográficas en las que encuentra mayor seguridad jurídica y mejor rentabilidad para sus accionistas. Ya se sabe, cuando hay un naufragio las ratas son las primeras en abandonar el barco, aunque en este caso el Capitán que las ha estado alimentando es el que lo está hundiendo.