El final de las bombillas de incandescencia.

A partir del pasado 1 de septiembre los fabricantes dejaron de distribuir bombillas incandescentes de 100W los comercios de la Unión Europea. El 1 de septiembre de 2010 pasará lo mismo con las bombillas de incandescencia de 75W y, en septiembre del 2011, con las de 60W. Finalmente, el resto de bombillas de incandescencia de menos potencia no se distribuirán a partir de septiembre del 2012.
Esta decisión se basa en la aprobación que el Parlamento Europeo hizo de la iniciativa de la Comisión Europea el pasado mes de febrero del 2009 y en los acuerdos de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados del mes de junio del 2008.
Las bombillas de bajo consumo que pueden sustituir directamente las bombillas de incandescencia son las llamadas lámparas fluorescentes compactas (CFL) o bien las bombillas halógenas de rosca.
Las lámparas fluorescentes compactas consumen un 80% menos de energía que una bombilla incandescente, ya que esta disipa en torno al 75% de la energía que consume en forma de calor. Además, duran ocho veces más que las de incandescencia.
Por otra parte, las bombillas halógenas poporcionen la misma luz que las incandescentes, reducen el consumo en un 30% y duran dos veces más.
Por eso, aunque las bombillas de incandescencia cuesten menos inicialmente, el hecho de sustituirlas por otras de bajo consumo produce un ahorro económico de unos cien euros a lo largo de la vida útil de la nueva bombilla, que equivalen a un ahorro de energía aproximado de 140 litros de petróleo.
En Cataluña se estima que hay del orden de 70 millones de bombillas de incandescencia, las cuales representan el 3% del consumo total de energía eléctrica. El potencial de ahorro total que se deriva de cambiarlas por otras de bajo consumo significa reducir el consumo de 5.800 GWh / año, lo que equivale al 2% del consumo total de energía eléctrica, y reducir la factura eléctrica en torno de los 1000 M € anuales.