Nicaragua avanza para asegurar el suministro con energía renovable.

Para lograr el desarrollo económico y social de un país, es primordial tener asegurada energía eléctrica suficiente y reservas de la misma para solventar cualquier emergencia. Si adicionalmente el suministro es a base de fuentes renovables, esto ayuda a reducir los costos en consumo de derivados del petróleo, además se favorece al medio ambiente. En busca de construir una sociedad con estas características, el Comandante Daniel Ortega Saavedra, luego de asumir la Presidencia de Nicaragua orientó el diseño de un programa de generación  limpia. El objetivo del Gobierno Nicaragüense es desplazar cerca de 700MW de capacidad procedente del petróleo y del diesel a energía renovable.

En el año 2007, el 74% de la electricidad producida era termoeléctrica, lo que significaba un alto costo para el país. Este dato cambió en los primeros 6 años del Gobierno Sandinista, periodo en el cual se integraron  diferentes proyectos, como los eólicos AMAYO, Blue Power, Eolo y ALBA Rivas, también la ampliación de la geotérmica San Jacinto Tizate, permitiendo que los recursos renovables representen el 54% de la matriz energética en la actualidad. Para garantizar que la evacuación de la energía renovable que se genera, el país tiene que dotarse de infraestructuras que den apoyo y permitan la evacuación a red y el transporte de la energía generada por los nuevos proyectos con fuentes renovables. El Gobierno de Nicaragua está recibiendo apoyo financiero de organismos internacionales, el más reciente ha sido del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con 45 millones de dólares.

Este esfuerzo apunta que para el 2016, el 80% del abastecimiento energético provenga de fuentes limpias y solo el 20% de bunker o diesel. Consciente que esta meta se alcanzará,  ENATREL está reforzando el Sistema Nacional de Transmisión (SNT), para que la nueva energía sea transportada de manera más eficiente y segura. Dentro de este plan se está construyendo la nueva Subestación Malpaisillo y 37 km de líneas de 138 kV (Kilovoltios) entre ésta y la Subestación Planta Momotombo, con un costo de US$ 14.7 millones, para captar toda la producción geotérmica de la zona occidental.

Asimismo, se está edificando la futura Subestación La Virgen y 116 km de líneas de alta tensión que la enlazará con las Subestaciones AMAYO, Rivas y Masaya, también con la red del Sistema de Interconexión Eléctrica para los Países de América Central (SIEPAC). Esta instalación captará la generación eólica originada en el istmo de Rivas. La inversión es de 28.9 millones de dólares.

Un elemento adicional es que en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), se ampliaron las Subestaciones Mulukukú y Siuna, destinadas a recibir el potencial hidroeléctrico del Caribe Norte. Actualmente se trabaja en el montaje de 117 km de líneas de transmisión desde la planta hidroeléctrica Tumarín hasta Mulukukú, con una inversión de US$ 63.3 millones.

Por otro lado la generación distribuida con energía renovable, así como los proyectos fotovoltaicos a pequeña y mediana escala están favoreciendo la competitividad de los negocios en el país y está ayudando a aumentar el número de nicaragüenses con acceso a la energía. Según informes del Bloomberg New Energy Finance, -como Climascopio 2013-  Nicaragua destaca por tener el nivel más alto de penetración de microfinanzas verdes y es uno de los destinos de preferencia para las donaciones por parte de entidades internacionales a la energía limpia, es en definitiva uno de los países en el que las microfinanzas verdes está más consolidadas. Esta facilidad para la penetración de proyectos de energías renovables están ofreciendo múltiples oportunidades de inversión y haciendo avanzar al país hacia un nuevo modelo energético.