En Chile al menos 10 millones de personas están expuestas a la alta contaminación del aire. La integración de energías como la fotovoltaica solar y la eólica pueden ayudar a bajar las emisiones de CO2 en el país.
Según diversos estudios del Ministerio de Medio Ambiente chileno, El país emite un gran porcentaje de contaminantes a la atmósfera que ponen en peligro la salud de al menos 10 millones de personas. La concentración de contaminantes se da sobretodo en la zona centro y sur del país.
Entre las principales causas de esta contaminación están las centrales termoeléctricas, las fundiciones de cobre y el uso de calderas de leña.
Esta situación respecto al uso de las centrales de carbón y la dependencia de combustibles fósiles como uno de los mayores problemas ambientales en Chile, hace plantearse al gobierno la necesidad de un Plan Estratégico de Energía, en el cual, es prácticamente obligatorio la sustitución de energías fósiles por energías provenientes de fuentes limpias, que ayuden a bajar los índices de contaminación del país, a la vez de aumentar la calidad de vida de sus ciudadanos.
A principio de la década de los 90, más del 70 % de la energía en Chile era producida por centrales hidroeléctricas, sin embargo las continuadas sequías hicieron ganar terreno, a un ritmo muy rápido al uso del gas, el petróleo y sobre todo el carbón.
En pocos años, el crecimiento de emisiones contaminantes a la atmosfera debido al consumo de combustibles fósiles se disparó. Según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el consumo de estas energías aumentó un 71,9% entre 1991 y 2010.
En 2010, Chile importó 79,2% del petróleo crudo, 67,7% del gas natural y 88,5% del carbón que se consumió en el país, siendo estos tres combustibles el primero, segundo y tercero en importancia respectivamente dentro de la matriz primaria de energía.
La proporción de renovables actualmente ocupa un 6%. La matriz energética se encuentra en revisión debido al crecimiento de la demanda de energía, se espera duplicar la capacidad para el 2030.
La Asociación de Energías Renovables de Chile (ACERA) y numerosos colectivos del ámbito medioambiental, esperan la aprobación del Proyecto de Ley 20/20, en el que se prevé un 20% de energía renovable incorporado a la matriz energética para el año 2020.
La integración de las renovables debe ser un objetivo prioritario de las políticas energéticas, se debe evitar la dependencia de fuentes de energía fósiles y aprovechar los recursos naturales los cuales tengan más coherencia con las estrategias de desarrollo territorial.
Hay que trabajar además otros requisitos para el desarrollo de las energías renovables en el país, como son favorecer las inversiones en las redes de interconexión. Una de las barreras fundamentales que se están encontrando por ejemplo muchos proyectos de energía solar fotovoltaica es la manera de verter su energía a la red.
Otros requisitos son la regulación estable a largo plazo para una correcta implantación de las instalaciones energéticas. La seguridad de los inversores resulta primordial, por lo tanto hay que despejar dudas en la medida de lo posible, para el retorno de una rentabilidad razonable. Otro factor clave es el aumento de la competitividad en costes de tecnologías maduras como la energía solar fotovoltaica. El descenso del coste de los paneles en los últimos años y el aprovechamiento de la curva de aprendizaje hace que esta tecnología sea cada vez más factible.
La conclusión es que el cambio en el modelo energético en Chile es fundamental, para el compromiso de mitigar el cambio climático, para un aprovechamiento sostenible de los recursos y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
La Asociación Chilena de Energías Renovables (ACERA), da a conocer los puntos que demuestran los beneficios de la Ley 20/20 e insta al gobierno para la aprobación de este Proyecto de Ley en un corto plazo.
Esta iniciativa lanzada por el Centro de Energía Renovables Chileno busca incentivar la inversión en proyectos de generación de energía limpia.
Esta inversión irá destinada a la instalación de al menos 7 proyectos fotovoltaicos que sumarán 19 MW de potencia instalada a la región, sobre una superficie de 33 hectáreas.
La I cumbre de energía fotovoltaica en Latinoamérica, proporcionará a los inversores y desarrolladores de proyectos, soluciones para los principales problemas que existen para las instalaciones de fotovoltaica en Chile.
